Iñaki Urdangarin ya trabaja como voluntario en el Hogar Don Orione de Pozuelo de Alarcón (Madrid), al que acudió ayer desde la cárcel de Brieva (Ávila) como parte de su reinserción.

El exduque, que llegó con dos escoltas, tuvo un inicio «muy cordial», dijo Francisco Sánchez, director de ese centro de discapacitados de la orden de los Orionistas. «En su DNI pone «Ignacio Urdangarin’. ¿Quiere que le llamemos así?», le preguntó el director en el primer encuentro. El preso respondió: «No, no, Iñaki». Y ese nombre figura en la chapa de identificación que, además de una camiseta, se le entregó como kit de voluntario.

Urdangarin mostró a Sánchez agradecimiento «por abrirle las puertas y por esta oportunidad», contó el director, quien desmintió vinculaciones del Hogar con la reina emérita Sofía: «Nos visitó hace 50 años, cuando éramos un centro de educación especial; nada más».

El voluntario Iñaki tendrá faenas de cinco horas, y ha de estar de vuelta en la cárcel a las cinco de la tarde. Ayer le instruyó un monitor en la ayuda a la movilidad de los internos dependientes. Urdangarin se había traído en su mochila un plátano y dos manzanas, antes de saber que almorzará con el personal en el comedor de trabajadores.

El nuevo voluntario tiene «libertad para salir del centro si lo necesita», dijo Sánchez. Fuentes penitenciarias consultadas por este diario matizan que de sus salidas, y del cumplimiento de su voluntariado «deberá informar el centro» a Interior. Las salidas que no tengan que ver con su labor -acogida al artículo 117 del Reglamento Penitenciario- «pondrían en riesgo el permiso judicial» del que disfruta.

Urdangarin podrá, además, recibir visitas, «pues este es un centro abierto», dijo el director, «pero no es usual que a los colaboradores los visiten». añadió.

Don Orione no tiene convenio con Instituciones Penitenciarias para el voluntariado de presos. «Tiene uno genérico con Justicia», arguyó Sánchez a este diario. El centro no forma parte del catálogo de entidades que se ofrece a los reclusos para trabajar. El director explicó que fue un abogado de Urdangarin quien eligió el Hogar. «Hizo una ronda de visitas a centros de ayuda en Pozuelo, y me preguntó si aceptaría», contó.

Este voluntariado fue admitido el martes por el juez de Vigilancia Penitenciaria 1 de Castilla y León, Florencio De Marcos, atendiendo a la soledad que el preso sufre en Brieva -por seguridad entre otras razones- y a su riesgo de «desocialización». Otro juez, Xosé Castro, instructor del caso Nóos, criticó el permiso por no decaer «el riesgo de reincidencia» del recluso.

La Junta de Tratamiento de la prisión también apreció en un informe un «pronóstico de reincidencia medio-alto». Ayer, la fiscal general del Estado, María José Segarra, confirmó que la Fiscalía estudia si recurre o no la decisión del juez.

El exsocio de Iñaki Urdangarin, Diego Torres, igualmente condenado, ha pedido también al juzgado de vigilancia penitenciaria acogerse a un plan de trabajo en el exterior. Su petición se basa en el artículo 100.2 del reglamento penitenciario. Torres cumple condena en la cárcel catalana de Brians 2, que gestiona la Generalitat.

Se trata de la primera salida de la cárcel del marido de la infanta Cristina desde que ingresó en la cárcel, el 18 de junio de 2018, para cumplir una condena de 5 años y 10 meses de prisión por desvío de fondos públicos en el caso Nóos.