El Congreso de los Diputados ha vuelto a plasmar este jueves la enorme crispación política que vive el país. Un día después de que Cayetana Álvarez de Toledo acusara a Pablo Iglesias de ser "hijo de un terrorista", esta vez la disputa ha vuelto a tener al vicepresidente segundo de protagonista, pero con Vox al otro lado. El partido de ultraderecha ha abandonado la comisión de reconstrucción al ser acusado por el líder de Podemos de "golpista" en potencia.

Iglesias ha comparecido en este organismo parlamentario, pensado para alcanzar consensos tras la crisis del coronavirus, un objetivo que en el actual clima parece muy difícil de lograr. El vicepresidente ha reclamado al PP que pida "perdón" por los recortes sanitarios en el pasado, ha reivindicado los pactos con EH Bildu (como el de la derogación de la reforma laboral, después rectificado) y ha defendido una reforma fiscal para ganar en progresividad que incluya un impuesto a las grandes fortunas. Pero en la réplica, al pedir el PP que justificara por qué considera al partido aberzale como un interlocutor válido, ha estallado el enfrentamiento.

El líder de Unidas Podemos ha recordado primero que el PP fue un partido fundado por varios ministros franquistas, y que no por eso él deja de hablar con los conservadores. Tampoco con Vox, una formación, ha continuado, que "en ocasiones parece que quiera un golpe de Estado". La frase ha provocado la queja del portavoz ultra, Iván Espinosa de los Monteros, que ha pedido a Iglesias que retirara esas palabras.

La precisión

Lejos de hacerlo, el vicepresidente ha querido "precisar". A Vox, ha explicado, "le gustaría dar un golpe de Estado, pero no se atreve". Espinosa de los Monteros ha anunciado entonces que abandonaba la comisión ante una acusación que no pensaba "tolerar".

"Cierre la puerta al salir", le ha dicho Iglesias mientras al diputado de extrema derecha mientras este se marchaba de la sala.

No es la primera vez que Vox anuncia que abandona la comisión de reconstrucción. Ya amenazó con hacer lo mismo, y al final no lo cumplió, a raíz del pacto entre el Gobierno y EH Bildu para derogar toda la reforma laboral, a cambio de la abstención de los diputados aberzales a la actual prórroga del estado de alarma.