El 3 de diciembre se constituirán las Cortes y se elegirán las Mesas del Congreso de los Diputados y del Senado. Esos órganos son los que organizan el trabajo parlamentario, activan o bloquean iniciativas. Su elección siempre supone la primera batalla de la legislatura. En la Cámara baja, la más importante en el sistema español, ya que es la que se encarga de redactar y debatir las leyes, esta vez el foco de la noticia se lo llevan Vox y el PP. Tanto el PSOE como Podemos consideran que hay que evitar que la ultraderecha tenga acceso a esos puestos institucionales. Proponen replicar la tradición alemana, donde durante años los grandes partidos han aislado a los radicales de Alternativa para Alemania (AfD). Eso sería posible seguro con una alianza que incluyera al PP, un partido que ha pactado con Vox investiduras de gobiernos autonómicos y alcaldías. Si no, los impulsores del cordón sanitario deberían atraerse al resto del arco parlamentario. Pablo Casado dijo este miércoles que no respaldará el veto: "El PP nunca participará de cordones sanitarios frente a partidos constitucionalistas".

Lo que no aclaró Casado desde Zagreb (Croacia), donde participó en una reunión del Partido Popular Europeo (PPE), es si va a prestar a Vox los apoyos que necesita para asegurarse al menos un puesto (Santiago Abascal reclama dos) en esa Mesa del Congreso. Tradicionalmente los grupos parlamentarios se han votado de manera cruzada para garantizar esos sillones. Vox es la tercera fuerza del hemiciclo, con 52 escaños. Ciudadanos contaba la legislatura pasada con 57 y obtuvo dos puestos.

En la Mesa hay nueve puestos: la presidencia, cuatro vicepresidencias y cuatro secretarías. El cargo más importante se elige en una votación por mayoría absoluta, donde los 350 diputados escriben un solo nombre. Si no lo logra nadie, se celebra una segunda ronda a la que solo pasan los dos más respaldados y se puede ganar por mayoría simple. Las vicepresidencias se escogen en una sola votación y los cuatro asientos (vicepresidencia primera, segunda...) se designan según la cantidad de papeletas logradas por cada aspirante. Y la última votación es la de las secretarías, con idéntico sistema. El diseño del reglamento obliga a que los diputados lleven bien aprendidos los nombres que ponen en cada papel para cruzar apoyos de unos a otros. Socialistas y morados se asegurarán la mayoría con cinco asientos y la incógnita es cómo se repartirán los cuatro restantes.

Vox necesitará contar con la ayuda de algunos diputados del PP si quiere lograr los dos asientos que desea y opina que sería un "escándalo sin precedentes" que les dejaran fuera. Porque, si Santiago Abascal no logra un entendimiento con Casado y el PSOE y Podemos convencen al resto, Vox puede quedar excluido. Lo más probable, según fuentes del grupo parlamentario popular, es que se abra un canal de comunicación entre los dos para abordar este asunto. En la pasada legislatura, los conservadores ya se negaron a aplicar a Vox ese cordón sanitario en las comisiones parlamentarias y posibilitó que ocuparan puestos en las mesas.