Caliente, incierto, frenético o intenso se han convertido en epítetos del comienzo de cada curso político. La ajetreada vida del legislativo en el último lustro, con cuatro elecciones, dos mociones de censura y hasta prórrogas de un estado de alarma que duró cien días, no parece que vaya a dar tregua en este nuevo periodo de sesiones parlamentarias. En el horizonte hay ya una posible moción de censura, la difícil negociación de los Presupuestos y el cerco de la oposición a la presunta financiación irregular de uno de los socios en el Ejecutivo.

Con la mitad del aforo, mascarillas y gel desinfectante, la apertura del curso será esta vez en el Senado. Como adelantó este diario, un debate de más de cinco horas en la Cámara Alta es el escenario elegido por Pedro Sánchez para arrancar el engranaje político y legislativo.

Las puertas del hemiciclo del Congreso han permanecido cerradas en el periodo estival, que ha servido para enfriar los ánimos tras plenos cargados de reproches y acusaciones por la gestión de la inesperada pandemia. Los dos partidos en el Gobierno, PSOE y Podemos, unieron fuerzas para evitar las comparecencias en pleno extraordinario de presidente y vicepresidente segundo. De momento, Sánchez cierra filas incluso frente a los problemas judiciales del otrora principal rival político, Pablo Iglesias: el caso Dina , la imputación de Podemos por posibles irregularidades contables y las investigaciones del Tribunal de Cuentas sobre los gastos electorales del partido. Mantener esa unidad no será fácil: al otoño judicial de Iglesias se suman las diferentes posiciones sobre el papel que debe tomar el Congreso ante las presuntas irregularidades del rey emérito e incluso qué socio es el preferido para rubricar los presupuestos generales serán puntos de fricción difícilmente salvables.

Sánchez es el único presidente que tras más de dos años al frente del Gobierno no ha logrado sacar adelante unos presupuestos y los que arrastra el país llevan la firma de Cristóbal Montoro. Su particular examen de septiembre es la cita más importante. El suspenso de las últimas cuentas públicas acabó en elecciones. El Gobierno ya ha empezado los contactos para sumar nuevas tonalidades cromáticas al habitual tándem de rojos y morados, pero la falta de mayorías complica una paleta en la que hay colores que se empeñan en no combinar. Podemos recela de Ciudadanos y las elecciones en Cataluña complican la vida a ERC.

El Consejo General del Poder Judicial, el Tribunal Constitucional, RTVE y el Defensor del Pueblo son órganos cuya renovación sigue aún pendiente de la calculadora de mayorías parlamentarias. Gobierno y líder de la oposición, Pablo Casado, se saben necesarios para alcanzar un acuerdo, pero el momento político nunca parece el idóneo para un apretón de manos que haría que se frotaran las suyas los del partido ultraderechista. H