Almassora, en la Plana Alta, es una localidad típica del Mediterráneo, moderna y actual, que cuenta con un activo casco urbano, una industria avanzada, así como con unos interesantes espacios rurales y naturales. La localidad se vertebra alrededor del río Millars; el último tramo fluvial, la desembocadura, marca tanto la geografía como el carácter de sus habitantes. El clima benigno, las tradiciones y la cultura acaban de diseñar un lugar envidiable para vivir, visitar y disfrutar.

La principal actividad económica de su población está relacionada con la industria cerámica y un amplio sector de servicios para el azulejo; y le sigue el sector de la construcción y la agricultura de cítricos en plena transformación varietal.

La Vila de Almassora es una fundación cristiana del siglo XIII, con un plano cuadriculado en torno a dos ejes centrales, la calle Mayor y la calle de San Joaquín, atravesados por calles estrechas y perpendiculares, que coincide con la planificación de otros núcleos nacidos después de la conquista de Jaime I. Una de las últimas acciones ha sido la instalación de pavimento accesible en el casco antiguo para la comodidad de los transeúntes.

recorrido urbano

En el recorrido urbano, el visitante puede encontrar enclaves de interés como la plaza Mayor, donde prácticamente empieza la vida de la nueva Almassora; la iglesia parroquial de la Natividad, de estilo bárroco, que alberga una buena colección de orfebrería; el Museu Municipal; la Casa del doctor Castell; la Murada; la casa de l’Oficialitat; o el Teatre Serra.

ATRACTIVO natural y LITORAL

Por otro lado, el municipio cuenta con el paraje de Santa Quitèria, un espacio natural de gran belleza y en el que se pueden observar elementos interesantes como son el Azud, el Pantanet y el puente medieval, que constituye una pieza única entre las tipologías de puentes medievales al estar construido con arcos en lugar de bóvedas. No obstante, la ermita de Santa Quitèria, cuyo origen se remonta al año 1330, se lleva todas las miradas.

A esta ermita se le suman otras como la de Sant Joan, la de Sant Antoni, la de Sant Josep y el Roser del Mar.

La franja litoral de la ciudad es otro de sus atractivos. Ahí se encuentran dos playas: de Benafelí y la del Pla de la Torre, donde se alternan tramos de arena fina con otros de cantos rodados. Estas áreas ofrecen una gran tranquilidad y están frecuentadas por bañistas y aficionados a la pesca. Además, disponen de un buen número de servicios, como puntos de salvamento, restaurantes, aparcamiento, consultorio médico, bibliotecas, etc. Este año han digitalizado la red eléctrica de la playa, con el objetivo de mejorar la caldiad del suministro y ofrecer mejores condiciones a sus vecinos y visitantes.

Otro lugar de interés local es la senda de la desembocadura del río Millars. Se trata de un camino seguro para pasear con tranquilidad a pie o en bicicleta y facilitar el uso público del río, de manera respetuosa con los valores ambientales de este paisaje protegido. En este mismo sentido también destaca Les Goles, espacio natural de gran valor ecológico por tratarse de una zona húmeda. en la desembocadura del río Millars. Esta área se caracteriza por la diversidad de aves.

El yacimiento del Torrelló, es una zona arqueológica en la que se realizan visitas teatralizadas y resulta interesante para los visitantes.

Por último, cabe destacar que el calendario festivo de la localidad, ya que las fiestas de Santa Quitèria, la semana que envuelve el día 22 de mayo, o las del Roser, el primer domingo de octubre, forman parte de los atractivos turísticos.