Investigadores del Departamento de Ciencias Agrarias y del Medio Natural de la UJI participan en un proyecto europeo del programa Horizonte 2020 que avanza en la gestión integrada de plagas agrícolas, con el objetivo de desarrollar nuevas técnicas en escenarios de cambio climático. La iniciativa comunitaria cuenta con 21 socios, dispone de seis millones de euros para cuatro años y se ha puesto en marcha este mes en la Universidad de Tesalia, en Volos (Grecia), entidad académica coordinadora.

Proyecto europeo

El catedrático de Producción Vegetal de la UJI, Josep Jaques, dirige una de las líneas de investigación de este proyecto europeo, denominado OFF-Season FF-IPM, In-silico boosted, pest prevention and off-season focused IPM against new and emerging fruit flies, con un presupuesto de 308.000 euros hasta el 2023.

La importancia de esta investigación radica en que analizará, conjuntamente y mediante técnicas interdisciplinares (modelado espacial, biología o modelos de comercio), tres especies de moscas de la fruta que provocan pérdidas devastadoras en la producción agrícola europea, tanto la del Mediterráneo (Ceratitis capitata), que se está convirtiendo en una plaga emergente en áreas templadas del norte de Europa; como de la mosca oriental (Bactrocera dorsalis) y la del melocotón (Bactrocera zonata), plagas potencialmente invasoras y que podrían tener un gran impacto en la horticultura del continente.

Jaques argumenta que las moscas de la fruta «son plagas importantísimas para la agricultura». «Tenemos establecida en Europa la mosca mediterránea desde hace muchos años y causa relevantes pérdidas económicas. Asimismo, hay diversas especies potencialmente invasoras que constituyen una amenaza muy real para la Unión Europea, como la Bactrocera dorsalis, detectada el año pasado cerca de Nápoles, y la Bactrocera zonata, que se encuentra a las puertas de nuestro territorio», dice. Este proyecto pretende mejorar la gestión de las poblaciones de la mosca mediterránea, «dando más peso a la que se puede hacer en invierno (off-season) y proporcionando mejores herramientas para detectar y proteger nuestro territorio y agricultura de las especies invasoras», comenta el catedrático.

En los laboratorios del campus de la UJI, en la Escuela Superior de Tecnología y Ciencias Experimentales (ESTCE), pondrán a punto nuevas técnicas para aumentar el impacto de las medidas de control en el invierno sobre las poblaciones invernantes de la mosca mediterránea.

«Queremos centrarnos en medidas de control biológico que maximicen el impacto de los depredadores del suelo. Estos pueden alimentarse de todos los estados de la mosca, que pasan parte (larvas maduras y adultos recién emergidos) o la totalidad (pupas) de su desarrollo en el suelo», afirma Jaques.

Poblaciones invernales

La investigación también explorará la viabilidad de utilizar hongos y nematodos entomopatógenos contra la mosca en el suelo, además de hacer compatibles entre sí los diversos métodos. «El objetivo final es reducir las poblaciones invernales de mosca mediterránea, responsables de las que se registran en el verano, que resultan explosivas y causan daños a la fruta», destaca el catedrático.

Las líneas de investigación del grupo de Gestión Integrada de Plagas Agrícolas que dirige Jaques se centran en el estudio de insectos y ácaros de importancia agrícola, su biología, ecología, métodos de muestreo y umbrales, su gestión integrada --con énfasis en el control biológico-- y el análisis de riesgo fitosanitario. Josep Jaques es experto del Panel de Sanidad Vegetal de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), miembro del comité ejecutivo de la Organización Internacional para la Lucha Biológica (IOBC-Global), coordinador de la comisión de la IOBC para la armonización de agentes de control biológico (CHIBCA), así como editor asociado de la revista científica BioControl.