Calidad, profesionalidad y transparencia para conseguir una experiencia única en torno a la mesa. Este es el objetivo que persigue El Asador de Ángel, restaurante que logra conseguir una experiencia inigualable gracias a su carta de carnes con maduraciones extremas, con las que logran agudizar los cinco sentidos de los clientes más carnívoros.

Su plato estrella: la carne de auténtico buey de raza rubia gallega. «En nuestro restaurante, ofrecemos una forma distinta de comer carne. Servimos carne de auténtico buey gallego de paisano, de más de ocho años de edad. Son ejemplares que han sido criados como uno más de la familia, han sido alimentados con maíz y forraje y han dedicado gran parte de su vida al trabajo de tiro, lo que le proporciona una altísima calidad a esta carne», declara Ángel Parra, el maestro parrillero.

Todo ello es un requisito «imprescindible para poder degustar auténtico buey gallego con maduraciones extremas», aclara. Gracias a estos procesos se consigue «una chuleta de un color rojo intenso y sabor fuerte, con ciertos toques de frutos secos y lácteos, y con una alta duración en boca», resalta el parrillero, quien indica que «se trata de una carne para auténticos carnívoros gourmet».

Cabe destacar que tanto el buey como la vaca rubia gallega han sido expuestos a un proceso de maduración extrema que concentra la humedad de la carne y distribuye la grasa de manera uniforme para lograr una textura mucho más tierna y suave y la perfecta concentración del sabor. Los encargados de realizar este proceso son los afinadores de carne Ladi y Óscar, de Cárnicas LYO, pioneros y auténticos expertos en maduraciones extremas.

«El chuletón de buey es un placer que tiene los días contados», avanzan desde el negocio, «pues estas reses se han utilizado durante toda su vida como animal de tiro para trabajos de labranza y, hoy en día, el trabajo en el campo se ha mecanizado», aclara.

Así, los amantes de esta exclusiva y prestigiosa carne tienen una cita en El Asador de Ángel.