Al llegar la temporada estival, la bandera azul que otorga la Fundación Europea de Educación Ambiental se ha convertido desde hace varias décadas en un elemento integrado en el paisaje de la playa Norte de Peñíscola.

De hecho, las singulares características de esta playa, unidas al esmerado cuidado y mantenimiento que desde el Ayuntamiento y otras administraciones dedican a este espacio costero, han colocado la playa Norte de la ciudad amurallada en el top ten de las playas nacionales y el azulado galardón europeo constata que su excelencia también es reconocida a nivel internacional.

Conseguir la bandera azul no es tarea fácil. Para que este distintivo ondee en una playa es necesario cumplir con unos requisitos que en Peñíscola han seguido año tras año para mantener su primacía en este ámbito. Así, la entidad que otorga el distintivo valora aspectos como la calidad de las aguas de baño, la información y educación ambiental, la gestión ambiental y la seguridad, servicios e instalaciones. Todo esto y más se puede encontrar en la playa Norte, donde sus más de 5 kilómetros de longitud están conformados por arena fina y dorada, y un extenso complejo dunar poblado de especies vegetales que constituyen un ecosistema vivo y diverso.

El azul de la bandera simboliza también el agua del mar que, en el caso de la playa Norte, bañada por el Mediterráneo, es de aguas limpias y cristalinas, tranquilas y poco profundas, ideales no solo para disfrutar en familia, sino también para la práctica de deportes acuáticos como la vela, windsurf, kitesurf o el kayak, entre otras actividades.

Otra de las ventajas de la playa Norte que ha sido tenida en cuenta en la concesión de la bandera azul es su accesibilidad, lo que la convierte en un espacio recomendado para personas con movilidad reducida. Además de rampas en las zonas de acceso más próximas al núcleo urbano, dispone de pasarelas de madera y otros elementos que, elaborados con materiales sostenibles, se integran de forma natural en el paisaje litoral peñiscolano.

seguridad

En el excepcional escenario generado por la pandemia de coronavirus, el consistorio peñiscolano ha priorizado la seguridad de los usuarios en esta zona tan frecuentada por bañistas. Si bien por su vasta extensión, no es complicado guardar las distancias interpersonales que recomiendan las autoridades sanitarias, en Peñíscola han dado un paso más allá en la lucha contra el covid-19 y para evitar cualquier riesgo de contagio y propagación del virus.

En este sentido, disponen de un dron dotado de inteligencia artificial para controlar el aforo en la playa. La aeronave y su piloto están en constante comunicación con la Policía Local y el equipo de socorrismo y salvamento, así como con el equipo de informadores en playas.