Uno de los aspectos más importantes para BP Oil es su compromiso con el medio ambiente. De ahí que la compañía invierta, constantemente, en mejoras para que su actividad sea cada vez más respetuosa con su entorno. Todos los años se identifican y se gestionan nuevas medidas que tienen en cuenta aspectos esenciales como las emisiones de gases de efecto invernadero (GEIs), el agua, los ecosistemas sensibles o las zonas protegidas.

A nivel global, BP ha ayudado a impedir que se emitan más de 2,5 millones de toneladas de carbono gracias a la iniciativa Cero emisiones que ha cumplido ya más de 10 años. En el evento para conmemorar este aniversario, Dev Sanyal, vicepresidente ejecutivo de Energías Alternativas para los países donde BP desarrolla su actividad, afirmó que “BP se reconoce como uno de los primeros grandes negocios de petróleo y gas en admitir públicamente la necesidad de actuar sobre el cambio climático”.

A nivel local, desde la refinería de Castellón se han realizado inversiones en tecnología medioambiental por valor de más de 200 millones de euros desde el 2000. Esta fuerte inversión permite contar con las últimas tecnologías. Además, gracias a las inversiones realizadas en materia de eficiencia energética y a sus exigentes estándares de operación, la refinería de Castellón consume un 15% menos de energía para su funcionamiento que una refinería convencional equivalente, emitiendo menos GEIs y disminuyendo la huella de carbono de la producción de sus combustibles.

Periódicamente, la firma realiza controles exhaustivos en los que se miden las emisiones del aire, los niveles acústicos, se comprueba la correcta gestión de los residuos sólidos y se analiza la calidad del agua. Es a través de estas comprobaciones donde se vigila todo el proceso productivo, hasta los productos finales, garantizando el cumplimiento de las normas medioambientales. Todos los focos de emisión de la refinería de Castellón cuentan también con medidores de emisiones que están conectados en tiempo real con la Consellería de Medio Ambiente de la Generalitat.

controles EXHAUSTIVOS

Asimismo, la compañía castellonense realiza controles, avalados por entidades como AENOR, para diferentes administraciones tanto locales como autonómicas y nacionales. Ello permite que los sistemas de calidad y gestión medioambiental estén certificados conforme a las normas ISO 9001 e ISO 14001, ambas recertificadas recientemente acorde a la última versión de 2015 y siendo la refinería de Castellón la primera del grupo en cumplir el requisito.

Durante esta recertificación, la refinería también validó externamente la declaración ambiental de 2016 frente al reglamento voluntario del Sistema Comunitario de Gestión y Auditorías Medioambientales EMAS (por sus siglas en inglés). EMAS es un sistema a través del cual las empresas, de forma voluntaria, evalúan y mejoran su comportamiento ambiental, y difunden la información relativa a su gestión medioambiental a través de una declaración ambiental verificada por organismos independientes. La refinería cuenta también con el diploma de bronce de la Comisión Europea a las organizaciones que llevan más de cinco años incluidas en el EMAS de la Comunitat Valenciana.

En concreto, este año el esfuerzo de la refinería se centra en la implementación del BREF, un reglamento derivado de la directiva europea IPPC (Integrated Pollution Prevention and Control) para el control y prevención de la contaminación. Se trata de un documento de ámbito europeo que recoge las Mejores Técnicas Disponibles (MTDs) de los diferentes sectores industriales (en este caso el refino). Tras su aprobación, en octubre de 2014, el BREF concedió a las industrias de refino 4 años para realizar las mejoras correspondientes y alcanzar los objetivos marcados en el mismo.

Así, se garantiza el tiempo suficiente para que transcurra una parada general, que se realiza cada 4 años. La refinería de Castellón lleva desde entonces trabajando e invirtiendo para cumplir con el BREF, que entrará en vigor en octubre.

El BREF supone una reducción a la mitad del límite de emisiones de NOx y a un tercio del límite de emisiones de SO2 de todo el complejo, además de reducir de forma drástica el límite de emisiones de partículas. Cumplir con los requisitos del BREF ha supuesto una inversión de casi 15 millones de euros y un esfuerzo de varios años que redundará en una mejora de la calidad del aire del entorno para el beneficio de la comunidad y del medio ambiente.