Javier Garde es el responsable del departamento de Oncología del Hospital Vithas Castellón.

--¿Cuáles son las claves a la hora de abordar el tratamiento?

-Los factores a tener en cuenta son múltiples. Es necesario conocer todas las características del tumor, como el órgano en el que se ha originado y las especificidades moleculares que pueden influir en el tipo de tratamiento. Además es clave conocer la extensión del mismo y si se ha diseminado a otras zonas del cuerpo. Por otra parte hay que analizar las características del paciente, como su estado general, su edad o la presencia de enfermedades que puedan interferir con la tolerancia al tratamiento.

--¿Cuáles son los retos más importantes para la oncología?

-Durante los últimos años se ha aumentado el conocimiento de los mecanismos que originan el cáncer, lo que ha traído multitud de nuevos tratamientos cada vez más efectivos, como los nuevos citostáticos, las terapias dirigidas a dianas moleculares o la inmunoterapia. Sin embargo, estos fármacos no son igual de efectivos en todos los pacientes, por lo que es necesario identificar los factores que permitan predecir qué pacientes se beneficiarán de cada una de las estrategias de tratamiento, y el desarrollo de nuevas terapias o combinaciones cada vez más eficaces.

--Como experto, ¿cómo valora la evolución en este campo?

-La evolución en el campo de la Oncología Médica está siendo muy positiva durante los últimos años. Constantemente asistimos a la llegada de nuevos fármacos que mejoran los resultados obtenidos por los anteriores y, cada vez, tenemos más armas terapéuticas para nuestros pacientes. Sin embargo, aún estamos muy lejos del objetivo que todos deseamos, que es tener tratamientos capaces de eliminar completamente la enfermedad.

--¿Considera que se equipara la incidencia de la enfermedad con la creación de nuevos tratamientos y el aumento de la esperanza de vida?

-Efectivamente, el hecho de que cada vez diagnostiquemos los tumores en situaciones más precoces y tengamos la posibilidad de realizar tratamientos curativos en muchos pacientes, sumado a la mayor eficacia de los tratamientos de los que disponemos en la actualidad, que en muchos casos permiten controlar la enfermedad durante largos periodos de tiempo, ha traído consigo un innegable aumento de la esperanza de vida de los pacientes diagnosticados de cáncer.