Confiamos en que sea una feria exitosa”, pero la industria cerámica española “necesita un plan de rehabilitación, que es lo que nos tiene que salvar”. Son palabras del presidente de Cevisama, el empresario azulejero Manuel Rubert, tras el acto de inauguración de la feria de Valencia, que ha abierto sus puertas con buenas expectativas de negocio, si bien el lunes arrancó solo a medio gas de público --la primera jornada coincide con los desplazamientos de muchos de los visitantes--.

“La feria muestra el gran esfuerzo en innovación” que ha realizado el sector “para sorprender al mundo”, dijo Rubert, quien aseguró que el sector cerámico español está iniciando una nueva etapa de crecimiento y, “de la mano de Cevisama, entre todos, vamos a conseguir que así sea”.

Las palabras del presidente de la junta directiva de la feria aluden a los datos globales de ventas del sector, que ha cerrado el ejercicio 2015 con un crecimiento de la facturación en el campo de la exportación del 5%, pero sobre todo de la mejora del negocio en el mercado doméstico, que ha crecido “un 8%”, tras años de caída, si bien matizó inmediatamente que “estamos en niveles muy bajos”.

Y fue aquí, en este punto, cuando aprovechó para reclamar la puesta en marcha definitiva de un plan de apoyo a la rehabilitación y reforma de viviendas, porque es “lo que nos tiene que salvar”, dijo textualmente.

“Los momentos todavía son de cierta recuperación”, por lo que “es clave que haya ayudas a través de un plan de rehabilitación”, un aspecto que desde la patronal azulejera Ascer llevan reivindicando también, sin éxito, desde el año 2008, tanto ante el Gobierno de España como el de la Generalitat. “El mercado nacional antes era el 50%, teniendo en cuenta que el sector ha llegado a facturar más de 5.000 millones de euros, mientras que ahora solo son 3.000 millones... Eso significa que si ese mercado se reactiva, si tenemos apoyos, los datos se puede recuperar, porque crecerán más las industrias vinculadas a la rehabilitación y se crearán más puestos de trabajo”. Aun así, en el último año, el sector ha sido capaz de generar 150 nuevos empleos.

Cevisama 2016 ha abierto sus puertas con gran expectación, pero no sin ocultar su preocupación por el comportamiento de mercados que ahora mismo son estratégicos para el sector cerámico, como son Rusia, que lleva 14 meses acumulando caídas y donde el ‘Tile of Spain’ ha perdido más del 40% de su facturación, y los mercados árabes, que se están resintiendo por la inestabilidad política y la volatilidad del precio del brent, en mínimos históricos.

Como contrapartida, el mercado estadounidense (+45% en el 2015) y todos los países del contenente bajo el influjo del dólar, están experimentando importantes subidas de ventas.

Pero aun así, Manuel Rubert insiste, a la hora de valorar cómo se afronta el ejercicio 2016 por parte del sector: “Vamos a luchar para vender más en el mercado internacional.Caen unos países y subimos en otros, pero en general lo estamos haciendo muy bien y está funcionando... lo normal sería ahora en el mercado nacional”, abunda Rubert.

En cualquier caso, la feria internacional de Cevisama 2016 volverá a ser el gran termómetro que permitirá medir con certeza el verdadero alcance de la recuperación del mercado nacional y el crecimiento de la demanda a nivel internacional, especialmente en Europa del Este y los países árabes y del Magreb, tres grandes mercados que tradicionalmente tienen en el certamen su punto de referencia para conocer las novedades del sector cerámico español. H