Afecto como de la familia… Sin duda, tener una mascota mejora nuestra calidad de vida, no solo emocionalmente, también físicamente, según revelan estudios al respecto. Estas conclusiones indican que la mascota puede disminuir el riesgo cardíaco al determinar que las personas que sacan a pasear a su perro cumplen con un 54% más los niveles de energía que se recomiendan para la rutina diaria. Es ideal caminar con su mascota al menos 150 minutos a la semana.Evitan el sentimiento de soledad. De hecho, la presencia de un animal en casa ayuda a la persona a sentirse más segura y protegida. Asimismo, acariciar frecuentemente al animal reduce el estrés, ansiedad y depresión, dado que al interactuar con ella se estimula la liberación de la toxina oxitocina. Esta muestra de afecto es positiva también para el animal. Mejora el estado de ánimo como consecuencia de interactuar o jugar con él. Además, se estimula la producción de serotonina y la dopamina. Y convivir con mascotas desde pequeños ayuda a fortalecer el sistema inmunológico reduciendo el riesgo de alergias o enfermedades respiratorias.

Lo sorprendente es que pueden llegar a ayudar a personas diabéticas ante una caída de glucosa. Se ha comprobado que los perros sí pueden detectar a tiempo esta alteración y avisar a su dueño. En definitiva, los estudios concluyen que, en general, convivir con un animal aumenta la expectativa de vida, dado que éstos brindan una sensación de bienestar, incluso cuando la persona atraviesa un mal momento. H