Las festeras de Benicàssim afrontan su última festividad como máximas representantes de su ciudad. Y lo asumen con ilusión y optimismo. Aunque su labor continuará a lo largo del resto del año hasta la próxima proclamación con la asistencia a actos.

Todas, siendo una de las cortes más numerosas de los últimos años con 13 festeras, son ya una piña y así se mostraron durante las sesiones previas al inicio de los festejos. La reina mayor Estela Bastida, de 18 años, encara con especial cariño la festividad de Sant Antoni, pues serán las últimas grandes fiestas que vivirá como embajadora de su ciudad. Ya fue dama de pequeña, como su madre. Si hay un acto que espera con más ilusión ése es el tradicional reparto de la coqueta entre los benicenses y los miles de visitantes que recibe el municipio durante el multitudinario acto. “Repartirla es muy bonito. Y están muy buenas”, señaló, animando a degustarlas.

Al ser sus últimas fiestas como reina, manifestó: “Me da pena pero aún me queda año para seguir disfrutando”, y piensa aprovecharlo.

Le acompañan en el reinado tres damas. Una de ellas es Judith Villanueva, de 18 años, que cuenta con una extensa tradición en su familia. De hecho, ya fue reina infantil en 2006 y su hermana Ruth también hace dos años. “Las fiestas de enero me gustan más porque están las hogueras y las paellas”, declaró. “Siempre vivimos con más ganas el Día de las Paellas”, añadió. Las afronta “con ilusión y a disfrutarlas al máximo porque ya son las últimas”. “Y espero que continúe la tradición en mi familia”, señaló orgullosa.

Laia Montoliu, también de 18 años, coincide con sus compañeras en que las paellas y la coqueta son los actos más destacados de enero. “Quería ser de pequeña, pero entonces no pude y ahora lo he sido de mayor y he podido cumplir mi sueño”, dijo. Estudiante de Finanzas y Contabilidad en la UJI también está unida a las tradicionales y baila en el Cremaller desde hace unos 11 años aproximadamente.

Alba Bori, la más mayor de las cuatro con 21 años, aprovechó para mostrar el cariño que siente por sus compañeras. “Antes no éramos amigas, pero ya las considero amigas”.

Espera con emoción, como no puede ser de otra forma, las Paellas. Y se mostró entusiasmada por poder participar por primera vez en el proceso de elaboración de las coquetas. Estudiante de Psicología en la UJI y trabaja en la recepción de la piscina de Benicàssim. H