La Fundación Caja Castellón es una institución privada sin ánimo de lucro que inició su actividad con personalidad jurídica propia en 1991, convirtiéndose en la continuadora de la labor centenaria de la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Castellón y Bancaja. Una vez desaparecida esta entidad, y al margen por completo de Bankia, coincidiendo con la época más difícil de la crisis, la Fundación Caja Castellón asumió la labor de continuar en solitario su compromiso de trabajar para la ciudadanía de Castellón, llevando a cabo y promoviendo todo tipo de actividades de interés general y particular.

Por lo que respecta a las actividades culturales, uno de los lugares destacados de la programación de la Fundación Caja Castellón es el salón de actos del Edificio Hucha, punto de encuentro, reflexión y debate en sus ciclos de conferencias, además de todo tipo de actividades para el público más joven, al que la Fundación Caja Castellón considera ya uno de los sectores fundamentales de sus beneficiarios. Sin embargo, y cada vez con mayor fuerza, es la sala San Miguel la que se convierte en el lugar más emblemático por lo que corresponde a la oferta cultural de la institución castellonense.

Construcción

La construcción de la Iglesia de San Miguel de Castellón, ubicada en la calle Enmedio, se inició en 1679. La edificación fue sufragada por los congregantes de la cofradía de labradores de San Miguel que se dirigieron al Consell de la villa para solicitar levantar una capilla en honor del Arcángel. La describían como un templo de noventa pies de longitud, cuarenta y dos de latitud, y treinta y siete de altura, superando la torre campanario adosada a la iglesia unos veintiocho pies.

La iglesia tuvo culto ininterrumpido hasta 1936 a pesar del intento de 1931 de destinarla a Palacio de Justicia. Tras la Guerra Civil se renovó para abrirla al culto con motivo de las obras de la, entonces, arciprestal de Santa María. Cerrada al culto y convertida en almacén se degradó progresivamente, de modo que en 1974 se formó una operación de venta de la iglesia por parte del Obispado, justificada en el hecho de que no presentaba función de culto, que no fructificó, permaneciendo desde esos momentos abandonada.

Especulaciones

Por esta circunstancia, y en una época en la que el centro de la ciudad era foco de una terrible especulación, el Ayuntamiento de Castellón tuvo sobre su mesa la petición de venta para su posterior derribo a fin de convertirla en un bloque de viviendas como las que rodean a San Miguel, que casi llega a prosperar de no ser por el empeño del cronista de la ciudad, Ángel Sánchez Gozalbo, que inició una campaña en contra de la iniciativa y logró convencer al obispo José Mª Cases para que no vendiese la iglesia para ello. En principio se decidió que sería auditorio para música, pero la presidencia de la Obra Social de la Caja de Ahorros y Monte de Piedad y Caja de Ahorros de Castellón estimó el interés por su compra alegando que la ciudad no tenía salas de exposiciones. De modo que, tras su adquisición por parte del Monte de Piedad, se inició la rehabilitación en 1988 con el objetivo de convertirla en sala de exposiciones.

Espacio para las artes

En los últimos años, sin embargo, San Miguel se ha convertido progresivamente en un espacio para las artes que da cabida a todo tipo de manifestaciones culturales, rompiendo las barreras del formato tradicional de las exposiciones. Así, la oferta se ha diversificado y ampliado. San Miguel acoge a lo largo de todo el año conferencias y coloquios con creadores de todas las disciplinas artísticas: músicos, fotógrafos, pintores o escultores; programa encuentros con reconocidos invitados del ámbito de la cultura como escritores, historiadores o críticos; al tiempo que favorece el apoyo a todo tipo de espectáculos profesionales de teatro, música o danza clásica y contemporánea, para todos los sectores de edad; además de talleres y todo tipo de actividades divulgativas y formativas relacionadas con las exposiciones de cada temporada.

En las últimas temporadas, la incorporación de jornadas de performance o vídeo con creadores de todos los ámbitos, tanto locales como de fuera, han abierto la sala a nuevos sectores de público que llegan hasta este céntrico punto de la ciudad para conocer de primera mano sobre el mundo de la creación en nuestros días.

Grandes colecciones

El apoyo a las grandes colecciones de arte, como la colección Yera, la colección Rincón de Arellano-Castellví Trenor, la colección Galeria Canem, la colección de dibujo DKV, la colección Juan Redón o la actual colección Chirivella Soriano muestran una de las líneas estratégicas desarrolladas en la sala, que continuará con la importante colección del prestigioso coleccionista castellonense Javier Martín, mostrando con ello una de las líneas fundamentales desarrolladas a la hora de colaborar y sumar sinergias con otras instituciones de prestigio cultural, como pueden ser la Obra Social la Caixa, la Fundación Chirivella Soriano o Casa Asia.

Por otro lado, y tras el éxito de las últimas exposiciones de artistas castellonenses como Alejandro Mañas, con La Antesala, o Pilar Beltrán, con Entramats, que presentaron proyectos artísticos creados específicamente para la sala, se evidencia el compromiso de la Fundación Caja Castellón en San Miguel de apoyar y apostar por el trabajo de artistas con calidad y criterio que se dedican a la investigación y a la creación artística que trasciende las barreras de lo local.

Dos proyectos

Dos proyectos centran el futuro inmediato de la sala San Miguel, el homenaje al creador castellonense Carles Santos, que ha roto todas las fronteras a través de la creación de un universo renacentista personalísimo y particular, y la exposición con piezas inéditas de inigualable valor patrimonial recuperadas por el Servicio de Restauración y Conservación de Bienes Culturales de la Diputación de Castellón.