La vinculación de Peñíscola con el séptimo arte tiene más de un siglo de historia. La primera cinta de la que hay constancia de su rodaje en la ciudad es Ana Kadova, que empleó escenarios del castillo para su rodaje. Pero sin duda, son producciones como Calabuch y El Cid las que dieron a conocer la imagen de la ciudad a los espectadores, ya fuera en la ciudad imaginaria creada por Berlanga, o en la superproducción norteamericana protagonizada por Charlton Heston, y en la que las playas de la localidad representaban a València.

A lo largo de las décadas, diferentes iniciativas han mantenido viva esta llama, y fue a partir del 2013 cuando el celuloide dio paso a las pantallas de televisión. Primero, con la serie de Telecinco Chiringuito de Pepe, y a nivel global, con el rodaje de varias secuencias en la sexta temporada de Juego de Tronos.

Desde entonces, son muchas las personas que se acercan a Peñíscola para poder contemplar los lugares inmortalizados en estas producciones, y este fenómeno se trasladó también a la gastronomía. La iniciativa más reseñable en este sentido es la de Platos de cine, en la que diferentes restaurantes del municipio ofrecen especialidades dedicadas a los títulos más señalados de cuantos se han rodado en este punto de la provincia. De esta manera, los comensales pueden solicitar un cochinillo al estilo Meeren, en referencia a la serie emblema de la HBO, pinchos inspirados en El Cid, croquetones que homenajean al chiringuito de la pequeña pantalla, o variantes referidas a una producción de finales de los 90, París-Tombuctú, la última de las películas que lleva la firma de Luis García Berlanga.

VINCULACIONES

La relación entre la disciplina artística y la cocina de Peñíscola se puede apreciar con la existencia de locales que tienen nombres alusivos a algunas de estas producciones, e incluso un arroz Calabuch, creado por el veterano Jaime Sanz, y que contó con la aprobación de su director.

Gracias a los platos creados por los chef de la ciudad y el acompañamiento de productos de la zona, los visitantes tienen la posibilidad de vivir una experiencia completa, englobada en el proyecto Peñíscola de cine. Incluso algunos de ellos dieron a conocer esta iniciativa en algunos de los mercados del país, en una campaña promocional que busca generar desestacionalización en la actividad turística, y poner en valor el trabajo que continuamente desarrollan los profesionales de este segmento del sector turístico. Los puntos de atención al visitantes cuentan con folletos e información para que el cine y los fogones mariden en una experiencia para los sentidos solo posible aquí.