El cuarto fascículo de fiestas de la provincia llega el domingo a los quioscos. Artana, Atzeneta, Ayódar, Azuébar, Barracas, Bejís, Benafer, Benafigos, Benassal, Benicarló... sus fiestas y sus tradiciones, en la próxima entrega.

El periódico Mediterráneo comenzó el pasado 25 de septiembre la distribución de su última y esperada promoción: Castelló, terra de festa, un libro coleccionable de 300 páginas, a todo color, que repasa una a una las celebraciones más emblemáticas de cada municipio de la provincia donde se celebran fiestas. La obra realiza un exhaustivo recorrido por la geografía provincial y se centra en los principales atractivos que encierran los festejos populares en cada localidad.

El libro de las fiestas de Castellón es el fruto del trabajo de un profundo estudio y recuperación de los ritos y tradiciones de cada municipio e ilustrado con las mejores imágenes de los actos más representativos, que plasma en sus páginas de moderno diseño la riqueza cultural que atesora toda la provincia de Castellón con unos festejos populares que forman parte de los principales atractivos de nuestros pueblos para visitar y conocer.

NUEVA ENTREGA // Después de la tercera entrega del pasado domingo, todos los castellonenses que no pudieron conseguir las tapas y el primer fascículo para comenzar la colección ya pueden solicitarlo en las instalaciones de Mediterráneo. El 16 de octubre, Mediterráneo distribuirá, gratis, entre sus lectores el cuarto fascículo del libro.

Castelló, terra de festa, que ha tenido una excelente acogida, es un estudio de las celebraciones de norte a sur de la provincia. El periplo festivo que se inicia cada año con las fiestas del fuego y los animales, que en cada rincón de nuestra provincia encierra unas características propias por sus hogueras, pasacalles, matxà e incluso con presencia de los demonios. Un gran tesoro vivo de las tradiciones más antiguas que no cesa durante todo el año hasta cerrar el calendario de diversos actos y festividades.

Tradiciones tan arraigadas en la zona interior como las romerías y rogativas, fruto de una antigua economía basada en la agricultura y la ganadería, fiestas nacidas de raíces paganas y religiosas, pero que las gentes cumplen cada año entre la más profunda devoción y jolgorio.

GRAN DIVERSIDAD // Carnavales irreverentes, hogueras de Sant Joan, bous al carrer y vaquillas en cada fiesta de barrio o pueblo, peregrinos de espiritualidad por los montes, procesiones de recogimiento que se tornan marítimas en la costa, verbenas, danzas de vida y muerte, de lucha entre el ángel y el demonio, folclore y música, veladas de animación y jolgorio... Todo un abanico de diversidad que merece ser reconocido entre nuestras gentes y también fuera de nuestros límites.

La gastronomía es otro elemento fundamental. El arroz, y principalmente las paellas, es muchas veces epicentro lúdico. No faltan tampoco las tradicionales calderas, los empedraos, los guisos de carne y torrà de sardina o de chuletas, según sea el escenario; además de las rutas de tapas y mesones populares. H