El domingo anterior a la fiesta principal de la Lledonera, tuvo lugar la preparación de la ‘enramà’, la selección de las hojas de naranjo para tapizar el paso triunfal de la Virgen del Lledó por los alrededores del ermitorio en su fiesta principal. Fue una jubilosa jornada de convivencia y en la que se renovaron los votos de veneración y aprecio hacia la patrona de la ciudad. La ‘enramà se convierte en el símbolo máximo de las tradiciones y el nexo de unión de la labranza con las celebraciones patronales de una advocación mariana que trasciende lo puramente católico para llevar a toda la ciudad el mensaje de amor y protección de nuestra Virgen.