El Colegio de Procuradores de Castellón continúa creciendo y el próximo 24 de noviembre sumará a sus filas cuatro nuevos miembros, con los que logrará superar el centenar de procuradores de tribunales que trabajan activamente en la actualidad en la provincia para representar a sus clientes y conseguir agilizar la justicia.

En el Colegio consideran que la suya es una profesión desconocida y hacen hincapié en la necesidad de presentar y dar a conocer sus servicios a la sociedad. Los procuradores son licenciados en Derecho, inscritos en un colegio oficial, que ejercen la representación legal de las partes que intervienen en un litigio ante los juzgados y tribunales, que se ocupan del cumplimento de las resoluciones dictadas y, además, ayudan a la justicia a agilizar sus trámites.

«A la hora de acudir a la Administración de Justicia, como demandante o demandado, el ciudadano se ve obligado, en la mayoría de ocasiones, a contratar los servicios de un procurador y un abogado. En el proceso suele ser el abogado quien avisa al cliente de que va a necesitar un procurador, de ahí que sean frecuentes frases tipo nadie me avisó de que además de un abogado necesitaba un procurador o pensaba que el abogado se encargaba de todo y ahora me va a costar más», indica la decana del Colegio de Procuradores de Castellón, Carmen Rubio. En su opinión, «lo ideal sería que todo fuera más transparente y que esta situación se invirtiera, de forma que el ciudadano, ante cualquier problema jurídico, acudiera en primera instancia a un procurador, ya que nosotros conocemos todas las ramas del Derecho y sabemos a qué abogado es mejor acudir en cada caso».

Una labor fundamental

Dentro de cualquier proceso judicial el papel del procurador es fundamental para que todo funcione correctamente.

Los procuradores informan al cliente del coste aproximado del procedimiento, agilizan los procesos judiciales y siguen los procedimientos desde la demanda. También se responsabilizan de todos los trámites recibiendo y firmando emplazamientos, citaciones y notificaciones, y asisten a todas las diligencias y actos en representación del cliente. Asimismo, los procuradores mantienen informado al abogado para que este se pueda centrar en la defensa del cliente, gestionando los gastos que genera el procedimiento, para lo cual --previamente-- solicitan una provisión de fondos a sus clientes.

Además, los procuradores realizan gestiones administrativas como la solicitud de certificaciones de nacimiento, matrimonio o defunción; el registro de la propiedad de bienes muebles o registros mercantiles; las consultas, gestiones y trámites ante ayuntamientos, Hacienda o Tráfico; la publicación de edictos y de anuncios oficiales en el BOE y prensa; o la liquidación de tasas judiciales y de impuestos sobre transmisiones patrimoniales y actos jurídicos documentados. Por último, colaboran con la Administración de Justicia agilizando los trámites y simplificando los actos de comunicación procesal (requerimientos, notificaciones, emplazamientos y citaciones).

Se trata de un colectivo clave, preocupado por la actualización de la justicia. Están informatizados, gracias al uso del sistema LexNet que les permite una conexión directa y una notificación automática y garantizada además de la consulta de expedientes tramitados en el juzgado y también han puesto en marcha el Portal de Subastas del Consejo General de Procuradores que permite la venta de bienes que provienen por ejemplo de un divorcio. En definitiva, como señala Rubio, «los procuradores hemos sido, somos y seguiremos siendo la llave para la agilización de la Administración de Justicia y continuaremos trabajando para realizar aquellas actuaciones necesarias para el impulso y la buena marcha del proceso judicial. Es así como conseguiremos una justicia más ágil y justa».