Mucho por hacer. La industria cerámica castellonense es líder indiscutible a nivel mundial por calidad, diseño, prestaciones y servicios, una hegemonía que comparte con Italia, la gran potencia con la que compite en los principales mercados internacionales.

Sin embargo, el sector arrastra algunas reivindicaciones que se vienen eternizando desde hace tiempo y que, de resolverse, contribuirían de forma importante a que el crecimiento fuera todavía mayor.

La industria cerámica de Castellón, pese a ser uno de los motores indiscutibles de la economía valenciana, y por tanto con amplia repercusión nacional, continúa sin contar con las infraestructuras necesarias para llegar a Europa de manera rápida y eficiente. El corredor mediterráneo acumula retrasos y el modelo que, esperemos algún día, se ejecutará, mediante el tercer carril y no una plataforma independiente, no satisface las aspiraciones del tejido productivo.

Pero también me refiero al plan de apoyo a la rehabilitación, unas ayudas que sí disfrutan algunos sectores privilegiados, como el automóvil, pero que no el azulejo. O la necesidad de que la acción política sea contundente en Europa, para frenar la competencia desleal que representa China.

Es necesaria, pues, una mayor colaboración entre empresarios y los gobiernos. No puede ir cada uno por su lado. Deben intercambiar información y cada pieza del engranaje hacer su papel --unos producir y generar riqueza y otros poner los medios-- para que el sector dé el salto definitivo a la recuperación. ¿Será posible algún día? El tiempo corre... H