El Villarreal es uno de los grandes embajadores de la provincia de Castellón en el mundo, al margen de sus maravillosas playas, un clima excepcional, una rica gastronomía, la naranja, la cerámica y la belleza de sus tierras. El Villarreal ha ayudado a ubicar a su ciudad en el google maps a nivel de conocimiento y es muy complicado que exista una persona en el planeta a la que le guste el deporte, el fútbol en concreto, y no haya oído hablar o visto algún partido de los groguets, como se les conoce cariñosamente. Además, el club amarillo se ha convertido en un referente en cuanto a organización, valores y éxitos deportivos, acompañados de la colaboración con entidades sociales y deportivas a través de sus diferentes planes Endavant.

La historia reciente del Villarreal es muy conocida porque ha sido habitual en la élite y en competiciones europeas durante los últimos 20 años. Pero detrás de esta realidad se puede escribir una bonita historia. El sueño americano hecho realidad. Aquello de que cualquier ciudadano norteamericano de la condición que sea puede llegar a ser presidente de los Estados Unidos, es extrapolable al Villarreal CF. En los albores de la democracia, el conocido popularmente como Submarino Amarillo, militaba en Regional Preferente, una categoría de la que fue habitual desde 1971 hasta 1977. Después llegó una década en Tercera División hasta la temporada 86-87. Era el hábitat natural del un club de una pequeña ciudad de la provincia de Castellón. Pero empezaba a gestarse uno de los primeros grandes cambios en la historia del Villarreal. El Madrigal, que ya había vivido una época gloriosa en Segunda División de dos temporadas a principios de los 70, asomaba la cabeza en Segunda B.

Pascual Font de Mora lideró un proyecto que llevó al Villarreal de Tercera a Segunda B con dos ascensos consecutivos. El primero hasta la categoría de bronce se gestó en una liguilla de ascenso con el Imperial de Murcia, Cala d’Or y Balaguer. Y al año siguiente, con una apretada fase de promoción contra el Salamanca, Girona y Balompédida Linense, con un emocionante último partido en el que se lograba en La Línea el ascenso a Segunda B con José Luis Linares en el banquillo, sustituyendo a su hermano Esteban que no pudo estar en el partido. El Submarino ya no bajaría nunca del fútbol profesional. Se estaba gestando el germen del gran Villarreal con una estancia de cinco temporadas consecutivas en la categoría de plata.

En mayo de 1997, se produce el punto de inflexión en la historia del club. Un joven empresario cerámico llamado Fernando Roig adquiere la mayoría accionarial del Villarreal a Pascual Font de Mora, no sin antes declarar que solo sería presidente si la sociedad de Vila-real lo aceptaba. A la temporada siguiente, el Submarino navegaba hacia Primera División e iniciaba una trayectoria con algún que otro altibajo, pero en la cual se estaba construyendo un proyecto modélico con la construcción de la Ciudad Deportiva de Miralcamp. Años después, el club edificaría una segunda nueva instalación con cuatro campos de fútbol, llamada Ciudad Deportiva Pamesa.

20 años en la élite

El Villarreal suma con la actual un total de 20 temporadas en Primera División y ocupa el puesto número 20 en la clasificación histórica. Desde su debut en la 97-98, ha vivido dos descensos a Segunda. El primero, en su intento inicial, y el segundo, en 2012. En ambos casos ascendió a la temporada siguiente. En sus dos décadas en Primera ha logrado un subcampeonato y un tercer puesto con Manuel Pellegrini en el banquillo, además de haberse convertido en un habitual en las competiciones europeas.

El Villarreal hizo llorar a millones de aficionados de España y del mundo aquella noche del penalti de Riquelme cuando tuvo el acceso a la final de la Champions en la mano, pero el argentino marró aquella pena máxima contra el Arsenal. Es posible que al club le falte ese título que su rica trayectoria merece, pero su currículo está plagado de gestas importantes e inimaginables cuando a mediados de los 70 jugaba en categorías regionales. Tres semifinales más en el segundo torneo continental contra Valencia, Oporto y Liverpool dejaron al equipo en la orilla de una gran final. A la quinta seguro que va la vencida. Su historial europeo sí cuenta con dos copas Intertoto, un torneo ya desaparecido.

Desde 2013 a 2018, el Villarreal encadenó cinco temporadas consecutivas en la Europa League.

Amarillos con la Roja

A nivel individual, el club también ha contado en sus filas con un gran número de internacionales y estrellas consagradas. De hecho, el Villarreal ha llegado a tener hasta cinco futbolistas fijos en las convocatorias de la Roja y cuatro en las últimas listas de Robert Moreno. El fichaje que marcó una época y que siempre será recordado como el que empezó a poner al Villarreal en las portadas de los grandes medios a nivel mundial fue el de Martín Palermo y las famosas declaraciones de un estupefacto Maradona que no daba crédito a que el goleador de Boca firmara por un desconocido en aquel entonces Villarreal. Luego llegaron más estrellas como Riquelme, sin olvidar a Forlán o Pirès entre otros muchos. Entre los hitos a nivel individual figura el balón de oro y el Pichichi que gano Diego Forlán con 25 goles en 2005.

El orgullo de una cantera de 10

El debut con España de Pau Francisco Torres es el gran indicador de crecimento como club y el premio al gran trabajo con la cantera que realiza. Pau ha crecido de amarillo desde los cinco años, y no solo ha logrado ser fijo a las órdenes de Calleja sino que se ha abierto hueco con la selección absoluta. Miralcamp sigue dando sus frutos y aspira a que su filial regrese a Segunda A, categoría en la que militó durante tres temporadas y que solo perdió por un descenso administrativo provocado por el primer equipo cuando bajó a Segunda en 2012. Y sigue sacando talentos. El Villarreal es también un modelo por su cuidado del fútbol base.