A finales de la Edad Media, en el primer tercio del siglo XIV, la Comunitat Valenciana acogió al primer gran éxodo europeo, el de los cátaros o también llamados bons homes. Perseguidos por la inquisición francesa a causa de sus creencias cristianas ortodoxas, huyeron desde el sur de Francia, atravesando los Pirineos y recorrieron más de 600 kilómetros para refugiarse en diversos municipios de la Comunitat Valenciana, sobre todo, en las tierras del norte de la provincia de Castellón (comarcas de Els Ports y el Maestrat) e incluso en las prósperas ciudades de Xàtiva y València.

Ahora se puede revivir esta gran aventura realizando un extraordinario viaje al pasado medieval más desconocido y emocionante a través de las tierras y el legado de estos primeros refugiados, que trajeron consigo sus tradiciones y su cultura.

La ruta une los territorios del Midi francés, Cataluña y Aragón con la Comunitat Valenciana. Las históricas calzadas romanas, las vías medievales y, sobre todo, los caminos de trashumancia ganadera, fueron utilizados para sus desplazamientos, donde han quedado testimonios de su paso.

Los refugios

Las localidades de Morella, Sant Mateu, Cinctorres, Forcall, la Pobla de Benifassà, Peñíscola, Cervera del Maestre, Càlig, Atzeneta del Maestrat, entre otras, fueron el refugio elegido por estos últimos cátaros de Europa.

Adaptación e influencia

Por otro lado, los cátaros se integraron en la sociedad que les acogió e in?uyeron notablemente en el desarrollo de sectores económicos clave para la Comunitat como fueron el ganadero, el textil, la arquitectura gótica o también el arte medieval, impulsando la notable expansión comercial y cultural de las poblaciones valencianas en la Baja Edad Media.

Cabe destacar también al último cátaro, Guillem de Belibaste (murió en la hoguera, en el año 1322 en Villerouge-Termenès), que a?rmó que «Morella será la nueva Jerusalén» al a?ncarse discretamente en la localidad amurallada, entre las callejuelas de la antigua judería y la plaza dels Tarascons, todavía hoy perfectamente reconocibles en el entramado urbano.

De esta forma, la Ruta de los Últimos Cátaros permite descubrir las interesantes huellas del legado histórico y cultural de aquellos que, perseguidos por sus creencias y convicciones, buscaron en las tierras de la Comunitat la esperanza de encontrar un futuro mejor.