El obispo de la diócesis de Segorbe-Castellón, Casimiro López, ha firmado un decreto en el que dispone que los templos de la demarcación eclesiástica continuarán cerrados hasta que se disponga lo contrario. El obispado decretó el pasado 3 de mayo la apertura de las iglesias bajo ciertas condiciones a partir de mañana porque el Ministerio de Sanidad tenía previsto que en esa fecha se pasara a la fase 1 de la desescalada y la Conselleria de Sanidad había afirmado cumplir todos los requisitos para hacerlo.

Sin embargo, ahora, la medida queda sin efecto debido a que se ha anunciado por parte del Gobierno que solo el departamento de salud de Vinaròs avanzará en el desconfinamiento. De este modo, los oratorios del territorio eclesiástico de Segorbe-Castellón seguirán clausurados hasta que haya razones que lleven a adoptar una decisión distinta.

En la fase 1, en la que sí entrarán los municipios del norte de la provincia incluidos en el departamento de salud de Vinaròs, casi todos dependientes de la diócesis de Tortosa, se permite la asistencia grupal, pero no masiva, a estos recintos religiosos sin superar el tercio del aforo, con eucaristías dominicales y diarias.

El obispado de Segorbe-Castellón había dictado unas normas de seguridad e higiene que contemplaban señalizar los aforos y la manera de desplazarse los fieles. Muchos templos habían comenzado ya los preparativos.