El poeta Miguel Delibes describía a la caza como, «un esparcimiento fundamentalmente dinámico. El morral hay que sudarlo. La cacería se monta sobre madrugones inclementes, ásperas caminatas, comidas frías en una naturaleza inhóspita, lluvias y escarchas despiadadas... Pero hay algo que compensa al cazador de tantas contrariedades. […] Una pieza en perspectiva basta para que toda molestia se disipe y se produzca en el cazador una profunda remoción psíquica. […] la caza, más que una afición, es una pasión». Así es, como cada 12 de octubre vuelve a surgir ese sentimiento entre los miles de cazadores que inician la temporada general de caza en toda la Comunitat.

Sacha Renau, cazador desde hace 25 años, se levanta cuando aún es de noche y prepara todo el material para salir al campo, aunque este año con algún cambio, para cumplir las medidas de seguridad por el covid-19. «Tenía ciertas dudas de que pudiéramos cazar esta temporada, pero al fin y al cabo es una actividad que practicamos al aire libre y no nos reunimos mucha gente, incluso muchos cazadores van solos al campo», cuenta Renau mientras prepara y limpia todo el material para salir mañana, en el que también hay un bote de gel hidroalcohólico y una par de mascarillas.

El cierre de la veda general indica el inicio de la temporada cinegética más esperada por los aficionados a la caza, en la que se permite las modalidades al salto o en mano, con escopeta, del conejo, el tordo y la perdiz. «Los cazadores es una fecha que vivimos con nervios y emoción, todos queremos que el primer día de la temporada se nos dé bien, pero lo importante es poder disfrutar de un día de campo entre familiares y amigos», argumenta.

Para salir al monte y practicar correctamente la actividad cinegética todo cazador debe tener en vigor la federativa y el seguro, junto con la licencia de caza de la comunidad autónoma donde vaya a cazar. «Este año hemos visto una buena respuesta por parte de los federados, pensábamos que podría bajar la cifra por el temor a la situación actual, pero muchos se han esperado a última hora para tramitar toda la documentación, y se mantienen los mismos niveles de cazadores federados del año pasado», explica Pablo Molina, delegado provincial de la Federación de Caza de la Comunitat Valenciana.

Aunque la caza está vista por la sociedad como una afición dirigida a los hombres, hoy en día la figura femenina está más presente, como es el caso de Rocío Pruñonosa. Una joven de Sant Joan de Moró que tras acompañar siempre a su padre, decidió dar un paso más dentro de la cinegética. «Hace seis años que me saqué la licencia de caza, mi inquietud por esta afición viene desde pequeña, siempre acompañaba a mi padre al monte, y luego a mi pareja. Ahora cazo con mi padre y mi hermana pequeña», señala Rocío. En Castellón hay federadas más de un centenar mujeres, una cifra que hace años hubiera sido difícil de ver. «Hoy en día la imagen de la mujer dentro de la cinegética es más habitual, se han dejado los estereotipos a un lado», apunta la joven.

La FCCV, hasta la fecha, ha registrado un total de 40.000 federados, siendo la caza, la tercera actividad con más federados a nivel nacional.