La presencia del paso de Benedicto XIII por Peñíscola se manifiesta en campos como la arquitectura o la historia. Pero desde hace más de una década, uno de los pasajes más apasionantes de la vida del conocido como Papa Luna se puede explicar mediante la gastronomía. El historiador Juan Bautista Simó tuvo conocimiento de un escrito medieval, en el que aparecía una fórmula integrada por ocho componentes distintos, y destinada especialmente al pontífice. «El Papa sufrió un intento de envenenamiento, del que pudo salir vivo, pero que le causó secuelas estomacales que se aliviaban mediante este compuesto», detalla. Lo integran semillas de coriandro, de anís, de hinojo, de alcaravea y de comino, raíces de regaliz y de díctamo y canela.

El documento hallado en el archivo histórico de la Facultad de Medicina de Valencia fue estudiado «gracias a la colaboración de muchas personas, tanto del campo de los idiomas como la medicina, que lograron traducir correctamente el escrito, e interpretar los nombres y las medidas exactas de los componentes, que han dado lugar a esta tisana». Para el investigador, se trata de «un regalo de la naturaleza que nos da la historia, de la mano del Papa Luna».

Comercialización

Desde hace una década, el producto se comercializa a través de dos formatos: los diferentes componentes listos para infusionar mediante teteras, o bien con sobres individuales. Simó comenta que a todo ello «se añaden otras preparaciones que se han ido realizando a lo largo de estos años con la tisana, como licores, helados, granizados, mousses, postres o caramelos».

Si todos estos componentes ayudaron en su día al pontífice afincado en Peñíscola, en la actualidad la tisana cuenta con un número creciente de consumidores, que no solo disfrutan del sabor que genera este conjunto de ingredientes, sino que también destacan sus efectos beneficiosos en el aparato digestivo. Además, los preparados medievales basados en esta fórmula la recomendaban como un remedio efectivo para evitar flatos, dolores de cabeza, tensiones o dolencias de riñón.

Como consejo de uso, se recomienda infusionar el preparado con agua a punto de ebullición y dejar tapar durante unos diez minutos, para que se liberen los aceites esenciales y el resto de propiedades de la tisana. El producto se vende en diferentes tiendas de Peñíscola y la zona norte de la provincia, aunque también se puede hallar en establecimientos especializados de Castellón, y a través de internet. Para el recuperador de la fórmula, «hay que destacar la apuesta de muchos los bares y restaurantes de Peñíscola que disponen de manera permanente de la tisana, haciendo que el cliente tenga acceso a un producto autóctono, característico de la ciudad y documentado históricamente». Simó agradece la fama conseguida a través de la difusión de todo el proceso de investigación, como hizo en su día Mediterráneo». Además, la tisana genuina ha dado pie a «preparados semejantes que se comercializan en el sur de Francia, pero que no reúnen los mismos ingredientes ni en las proporciones» que indican los papeles históricos.

Los sorbos auténticos de historia y bienestar han logrado consolidarse con una clientela fiel y creciente. De forma paralela, suponen un incentivo para el turismo local, complementario a sus monumentos, playas y espacios naturales.