El alcalde de Vila-real, José Benlloch, defiende que las fiestas patronales no son solo diversión sino también un impulso económico, un refuerzo de la identidad como pueblo y una oportunidad para mostrar la labor de las entidades de la localidad. Benlloch destaca el esfuerzo de Junta de Fiestas, Comissió de Penyes, fuerzas y cuerpos de seguridad, peñas y otras entidades para sacar adelante los festejos. Charlamos con él acerca de las fiestas y otros asuntos.

--¿Qué debe ser este ejercicio 2016 para la ciudad?

-Supone la consolidación del trabajo hecho durante los últimos 5 años. Debemos apuntalar el nuevo proyecto de ciudad, hacerla fuerte atendiendo a las necesidades actuales como la generación de empleo sin dejar de controlar la herencia de la etapa del PP en Vila-real en materia urbanística.

--Una amenaza y una fortaleza de la ciudad...

-Si resumimos, la principal amenaza es la herencia del PP por las irregularidades cometidas y el uso irresponsable del territorio. La fortaleza es su gente. Tenemos una sociedad viva con organizaciones, asociaciones, jóvenes formados... gente con energía.SClB--¿Qué significan las fiestas patronales para la ciudad?

-Los festejos cumplen cuatro misiones. El primero, permiten desconectar de los quehaceres diarios y disfrutar de un ambiente más distendido y con mayor hermanadad. Por otra parte, son un impulso económico ya que estos 10 días suponen un impacto de 1,5 millones de euros que revierte en las tiendas y restaurantes de la ciudad. En tercer lugar, refuerza nuestra identidad. Estas jorndas nos ayudan a recordar quiénes somos, nuestra historia, tradiciones y cultura, para mantenernos unidos. Por último, las fiestas significan una oportunidad para que las entidades cívicas, deportivas... exhiban la labor que realizan durante todo el año. En resumen, son una muestra de todo lo que es Vila-real, de sus empresas, asociaciones e instituciones.

--Estas fiestas se han introducido cambios como, por ejemplo, la ubicación de la Fira de la Tapa o las atracciones. ¿Qué le parece?

-Todo cambio implica un riesgo pero se hace para mejorar, no para molestar ni por capricho. Hubo un debate y se pensó, junto con la gente de la Comissió de Penyes, que estos cambios serían positivos. Vamos a probar cómo va por el principio de mejora continua pero si no funcionase, se puede rectificar.

--Para usted, ¿qué suponen las fiestas de Sant Pasqual?

-Las fiestas son una oportunidad para reencontrarme con el pueblo de una forma diferente. Con mayor hermandad y menor oficialidad. Estos días permiten hablar con la gente con más confianza y sinceridad y plantear algunos temas, pulsar las necesidades e inquietudes de los vecinos. También las vivo con ilusión dentro de mi peña, El Vermelló, visito otras e intento disfrutar de algunos actos como los taurinos.

--Un mensaje para que los vecinos de Vila-real y de otras poblaciones vecinas vivan y disfruten de las celebraciones...

-Estas son unas fiestas para todos no son solo para los peñistas y vecinos. Cuando un acto aparece en el programa es porque está abierto a la participación de todos. H