Dice el dicho que no hay que mirar atrás ni para coger impulso, pero llegado el final de año toca echar un momento la vista atrás y hacer balance de este año 2019. Un año marcado por las visitas que los ciudadanos españoles hemos tenido que realizar a las urnas y, dentro de esas votaciones, hay una en concreto que no puedo olvidar: la del 26 de mayo, cuando los vecinos y vecinas de Benicàssim, por tercera vez consecutiva, confiaron nuevamente en el proyecto que lidero. Una oportunidad que, al igual que en el 2011 y 2015, voy a aprovechar al cien por cien y voy a seguir esforzándome por y para todos los vecinos de Benicàssim. Porque ellos son el motivo por el que desde el ayuntamiento trabajamos para que nuestro municipio siga creciendo económicamente, siempre desde la transparencia, el control público y la eficiencia.

Aunque este año haya estado marcado por las elecciones municipales, autonómicas y generales, y estas últimas por partida doble, Benicàssim ha seguido con su día a día municipal y son varios los momentos que no podremos olvidar de este 2019. Uno de ellos, sin lugar a dudas, tuvo lugar el 1 de marzo, día en el que Villa Elisa pudo reabrir sus puertas tras once años cerrada por impagos de la Generalitat Valenciana y que condenaron al abandono a un emblema de Benicàssim.

Fue nuestra determinación, junto a la inestimable colaboración de la Diputación de Castellón, quien logró poner fin a la rehabilitación del palacete municipal para que se convierta en un centro sociocultural de referencia en la Provincia. Del mismo modo, si en 2018 concluimos la rehabilitación de Torre Sant Vicent, este 2019 hemos logrado que ya más de 3.000 personas hayan visitado y descubierto nuestra historia a través de un proyecto didáctico de realidad aumentada. Seguimos creciendo y prueba de ello es el repunte de licencias solicitadas. Emprendedores que han decidido instalarse en la ciudad, nuevos negocios que abren sus puertas, contamos con dos nuevos hoteles que amplían la oferta y ello se traduce en el gran impulso que ha cogido durante los últimos meses el sector de la construcción. Un ejemplo que muestra que el municipio se mueve, crece y genera oportunidades.

En esta mirada hacia atrás tampoco puedo olvidar a los festivales, más si cabe en este año en el que desde el consistorio hemos trabajado, y seguimos trabajando, porque los terrenos del recinto que acoge el FIB, el Rototom Sunsplash o el SanSan puedan ser municipales, cuenten con más y mejores infraestructuras que posibiliten que nuevos eventos fijos o de temporada puedan asentarse en Benicàssim y que invirtamos para minimizar las molestias que puedan ocasionar este tipo de iniciativas a la ciudadanía y que, además, nos permita proyectar el nombre de la ciudad alrededor del mundo.

Benicàssim tiene un gran potencial y necesita de una gestión ambiciosa que impulse los valores que hoy por hoy nos demanda la sociedad. Queremos ser una ciudad más abierta y responsable, reconociendo en nuestro patrimonio uno de nuestros principales activos a mantener y potenciar. Contamos con una guía de eventos sostenibles, hemos sido elegidos como Ciudad Europea Piloto para implantar el proyecto Life Cersuds, participamos activamente en campañas de concienciación medioambiental y hemos creado corredores verdes y el interfaz urbano; nuestros edificios son cada vez más eficientes logrando reducir las emisiones; estamos decididos a eliminar paulatinamente el uso del plástico en la administración. Potenciando la movilidad urbana sostenible, ampliando los kilómetros de carril bici y nuevas rutas de transporte público que lo hagan más competitivo, hemos logrado ser reconocidos como una de las diez ciudades europeas con mejor calidad de aire.

Pero una ciudad no es nada sin las personas y queremos una ciudad más humana y socialmente responsable, dando impulso a las asociaciones y a la participación ciudadana; ya son 18 meses visibilizando la necesidad de una sociedad comprometida con la erradicación de la violencia de género; queremos un Benicàssim seguro y amable con nuestros mayores, con nuestros jóvenes y donde todas las familias tengan sus espacio. Queremos una ciudad saludable potenciando el deporte base y mejorando las instalaciones deportivas municipales como Carrerasa.

Y todo ello es posible desde la seriedad y el rigor en la gestión de las cuentas, que tras nueve años hemos logrado que la deuda del Ayuntamiento sea cero. Llegados a este punto toca tomar impulso para seguir adelante con el proyecto que iniciamos en el 2011 y que queremos consolidar durante la presente legislatura. Tenemos proyecto, ilusión y ganas y todos los propósitos para el 2020 estarán marcados por el consenso y el diálogo. Solo bajo esas premisas es posible un Benicàssim por y para todos.