Les Coves de Sant Josep se presentan como el atractivo turístico más potente de la Vall d’Uixó dentro de Fitur, donde promocionarán las novedades en las que se ha estado trabajando para potenciar las visitas tanto al interior de las grutas como al propio paraje.

Y es que la Vall d’Uixó cuenta con el río subterráneo navegable más largo de Europa y, además, se encuentra situada en un enclave privilegiado, a las puertas de la Serra Espadà, convirtiéndose en un destino especial para aquellos que aman la naturaleza. Todo esto y más es lo que ofrece este entorno natural en el que también se puede disfrutar de rutas senderistas, paseando por espectaculares paisajes.

Visitar el río subterráneo navegable permite adentrarse en las profundidades de la Tierra surcando en barca las tranquilas aguas que inundan su interior. Durante el recorrido se pueden contemplar las caprichosas formas de las rocas, que la acción del agua ha moldeado durante miles de años, y disfrutar del silencio que se respira en sus cavidades.

Los visitantes de la feria internacional de turismo podrán contemplar todo este lujo de la naturaleza, a través de un mecanismo ideado para la ocasión. Con la ayuda de unas gafas, los interesados podrán pasear por el emblemático espacio, disfrutando, de manera virtual, de esta experiencia. Este servicio se ofertará también en breve en les Coves.

Estas innovaciones se suman a la amplia actividad que ofrece este paraje, un espacio emblemático en la Vall d’Uixó.

Precisamente, en lo alto de este cerro, justo al lado de la ermita de la Sagrada Familia, se encuentra el poblado íbero, un conjunto arqueológico construido en la Edad de Bronce, aunque tuvo su época de esplendor durante las etapas iberas y final del imperio romano, y que fue declarado Bien de Interés Cultural por Orden Ministerial. El asentamiento incluye un pequeño recinto amurallado, protegido por torres de planta cuadrangular. La muralla fue levantada a base de mampostería, es de pequeñas dimensiones y solo ha sido excavada una mínima parte de la misma.

FIESTAS

Sin embargo, la Vall d’Uixó es mucho más. Su idiosincrasia la hace especial y un ejemplo de ello son sus dos fiestas patronales, declaradas de interés turístico nacional, Sant Vicent Ferrer y Sagrada Família i Santíssim Crist, que se celebran en abril y mayo, respectivamente. A ellas se suman Les Penyes en Festes, estas sin carácter religioso y que se desarrollan durante la primera semana de agosto. Las fiestas de barrio son otro punto atractivo de esta ciudad. Además, tampoco faltan las celebraciones valencianas por excelencia, las Fallas.

ARQUITECTURA Y SABOR

En el apartado histórico-religoso, no se pueden obviar las dos iglesias principales de la ciudad, la parroquia Nuestra Señora de la Asunción y la del Santo Ángel Custodio. Esta última es la más antigua, pues data del siglo XVII y su ampliación de mediados del XVIII. En cuanto al primer templo, este fue creado por bula papal de 1602 y realizado entre los siglos XII y XIX. De él destaca la torre del campanario, de estilo barroco, concluida en 1791 y restaurada en 1991.

El ámbito gastronómico también constituye un atractivo por su variedad y carácter costumbrista. En este apartado la localidad conquista a los comensales con guisos autóctonos entre los que sobresale el sabroso ‘empedrao’, plato de cazadores que se cocina con carne de cerdo, arroz, alubias trituradas y carne de caza. Pero también se suman a su variada oferta culinaria el popular ‘arròs al forn’ o las ‘coques de tomata, verdura y barrets’. Asimismo, en el ámbito de la repostería, las ‘manjòvenes’, una pasta muy ligera de origen musulmán, son el gran descubrimiento para el visitante; y también los ‘panets’, preparados con productos famosos de la tierra como son los higos y la almendra. En este apartado cabe sumar el ‘codonyat’, un exquisito dulce de membrillo, que sigue preparándose en muchas casas de la Vall d’Uixó. H