Cuando fui al dentista a hacerme una revisión no quería abrir ni la boca”. El de Julia Pareja era uno más de los miles y miles de personas que, aún hoy, muestran un miedo irracional a acudir a una clínica dental. Julia padecía de odontofobia, un miedo intenso y desproporcionado a someterse a un tratamiento dental.

Aunque en su grado más severo (fobia) afecta a un porcentaje relativamente pequeño de la población, se estima que una de cada tres personas muestra cierto temor o ansiedad a la hora de acudir a una clínica dental según el Estudio Sanitas de Salud Bucodental (2016). Es también el tercer motivo por el que los españoles no acuden a una clínica dental, según el Libro Blanco sobre la Salud Bucodental en España (2014). Hasta que tienen un problema grave.

Al final el problema de Julia se agravó tanto que requirió de cirugía y un tratamiento de rehabilitación oral completa mediante implantología avanzada en la clínica del doctor Luis Senís de Castellón. «Conocía al doctor Senís de toda la vida, era de mi calle. Pero el hecho de ir a una clínica dental me suponía un trauma. Aunque se me rompiera un diente o algo. Vas escondiendo tu problema como puedes, pero al final sientes que ya no puedes más, que te falta algo para estar a gusto».

CLÍNICAS AVANZADAS // Pero cuando hablamos de miedo al dentista, en el caso de Julia Pareja lo debemos hacer ya en pasado. Aunque plantearse su primera visita fue un trauma --llegó a pedir pasar por quirófano para que la durmieran y no enterarse de nada--, la realidad fue muy distinta. Hoy en día las clínicas dentales como la del doctor Senís han evolucionado hacia la búsqueda del confort del paciente. Música relajante, anestesia indolora e incluso gafas de realidad 3D para abstraerse durante la consulta, pero sobre todo la incorporación de «las más avanzadas técnicas sin dolor en odontología e implantología y un trato al paciente cercano, directo y personal son algunas de las herramientas que aplicamos en nuestras clínicas», comenta el cirujano maxilofacial. «El temor a lo desconocido, al qué me harán, es habitual en un paciente recién llegado a una clínica dental», aclara el médico castellonense, que este año ha participado como experto en importantes congresos de implantología a nivel internacional en Brasil y Nueva York. «Por ese motivo es fundamental que el paciente no encuentre una barrera entre él y el odontólogo o el cirujano. La solución que les puedas brindar es importante para su calidad de vida futura, pero no debemos olvidar que tratamos con personas, con sus inseguridades y miedos. El primer paso es darles confianza. Luego llega la parte médica y la sorpresa para el paciente al ver que sus miedos eran infundados. Gracias a los avances que existen hoy en día los especialistas en implantología avanzada podemos rehabilitar prácticamente a cualquier paciente de manera sencilla, rápida y sin dolor».

Como ocurre con muchos otros pacientes, la impresión de Julia ha cambiado radicalmente desde aquella primera visita. «No tuve ningún problema ni dolor, y ahora ni me lo pienso cuando he de venir a la clínica. No ponerme la mano en la boca al hablar, reírme a gusto, parecen pequeños gestos cotidianos pero son indispensables para la alegría de una persona, para su seguridad y, por supuesto, para su salud y su calidad de vida», comenta antes de sentenciar que «a mí vencer mi miedo inicial, la visita a una clínica dental y la implantología dental me han devuelto la sonrisa». H