Vuelve para quedarse, para sentarse en el solio torista que antaño ocuparon otros albaserradas, los de su tío Victorino. Es prudente y no quiere reconocerlo, prefiere subir la escalera peldaño a peldaño, pero manifiesta esa ambición con el lenguaje del trapío y la seriedad que presentan sus toros. En ese campo, Adolfo Martín comenzó a ganar la batalla desde que el año pasado presentara una señora corrida que fue diana de los mejores piropos. Y de interesante juego. El mejor premio ha sido volver y tener el honor de abrir el serial magdalenero. «Me dieron la oportunidad el año pasado de debutar en esta plaza, salieron las cosas bien y se me ha respetado. Por eso le estoy muy agradecido a la empresa, pues otras veces triunfas en una feria y no vuelves», afirma Adolfo.

El ganadero repasa en uno de los cercados de Los Alijares la corrida de Castelló y se siente satisfecho con el conjunto reseñado, del que destacan cuatro cinqueños y dos cuatreños. Algunos toros bien podían pasar en una plaza de primera categoría. «Es una corrida fuerte y muy buena, quizá más hecha y rematada que la del año pasado», admite Adolfo. Repasa los ocho toros de cabeza, con una memoria privilegiada para relacionar familias. «39-Mosquero lleva la cara colocada, es un buen toro; 30-Batanero, proviene de la familia de los Barateros, hermano además de uno de los toros más bravos que he lidiado jamás, fue en Santoña a cargo de Luis Bolívar; 27-Orquillero es un toro muy fuerte, con un trapío para plaza de primera; 22-Madroño es un cinqueño, con pitones y muy cuajado; 3-Marinero es cornalón, de pelo negro, hermano del 5º toro del año pasado, lidiado por Abel Valls; 41-Madroñito es cárdeno claro, muy rematado y serio; 1-Morerías es cinqueño y muy buen toro; y para rematar el lote hay un número 25 que estuvo reseñado ya para la Feria de Castellón el año pasado».

Todos quieren contar en sus ferias con uno de los ganaderos del momento. De nuevo, la responsabilidad atenaza al de Galapagar en este 2020, es el peso de la púrpura. Confiar en una divisa para las citas más importantes del año es lo que todo ganadero sueña. «El toro de Albaserrada, cuando ha humillado lo ha hecho más que ninguno, y cuando ha salido el toro bueno, ha tenido un temple que es punto y aparte. Siempre ha embestido», concluye.