Aún hay tiempo (como dice una de sus canciones). El próximo día 9, en el Auditori i Palau de Congressos de Castelló, a las 20.00 horas, puesta de largo de un inquietante, perturbador y huidizo Duelo, el último albúm de Annacrusa, banda emergente del post-rock.

La formación arrancó con mucha fuerza en febrero de 2019, y su génesis estaba destinada a un crecimiento interior de una música energética y galopante, a golpes de ternura y melancolía.

El murmullo del hielo fue su vídeo debut, como anuncio victorioso de ¡aquí estamos y hemos venido a quedarnos!. Rápidamente se hicieron un hueco en la escena y no han parado de crear. La Montaña (con ecos de Juego de tronos), Campo de Batalla, Ánima y Tu vacío son singles que han ido presentando poco a poco en forma de vídeos en su canal de Youtube, un canal con mucho contenido para el poco tiempo de andadura de la banda. Y es que Annacrusa no es sólo música. El lado oscuro del rock, pero a la vez teriblemente sensibles.

Les gusta, además, hasta el paroxismo, el audiovisual, el diseño y la ilustración. Así es que son autores, directores y editores de muchos de sus trabajos videográficos. Están muy presentes en las redes sociales. Para Annacrusa la música, no solo es responsabilidad, sino támbiénun férrero antídoto contra la soledad social.

Duelo, lanzado bajo el sello Rock Izar Records (Durango), es la narración de una escapatoria sin fin, con todo lo que ello conlleva. Huídas sin retorno tanto físicas como mentales. Desde la infancia hasta la madurez. Annacrusa es la verdad de bastantes cosas almacenadas en el subconsciente, y mucho que decir, casi como en una sesión de psicoanálisis freudiano.

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