Un viaje más allá del mar, de su horizonte, en un mundo a paso lento plasmado en unos lienzos en los que impacta una rica paleta maximizada por unas pinceladas con carácter. Son características de la nueva serie que la pintora castellonense Cristina Babiloni presenta desde este jueves y hasta el 10 de junio en la prestigiosa sala Parés de Barcelona, la primera galería de arte abierta en España, en la calle Petritxol, en pleno corazón del Barrio Gótico, y referente a nivel nacional en la exposición de artistas emblemáticos de las principales corrientes estéticas desde 1877.

La muestra, que se engloba bajo el epígrafe de Horizontes, es plural en formatos, busca el argumento en la luz que emana de la fuerza del mar, del viento, de la naturaleza en estado puro, y, de la mano de la galería, viajará a ArtMarbella (julio-agosto) y a GrandArt Milano (octubre).

Babiloni, licenciada en Derecho y Psicología, siempre ha estado vinculada al mundo del arte, desde pequeña, con la fotografía como arma, primero a través del dibujo y después de la pintura como su manera de «expresar emociones y disfrutar de mi mundo interior». Primero en papel y después sobre lienzo. Y con la referencia de William Turner, «el pintor de la luz», apunta.

37 son los Horizontes, 21 cuadros sobre tela y 16 sobre papel, compartiendo un diálogo eterno con el reflejo de la naturaleza más pura, el oleaje, unas veces tranquilo, otras fiero, y la frontera entre tierra y cielo, a través de diferentes materiales.

Su intención, al ojo del espectador, es descubrir paisajes, su bravura, junto a su armonía y tranquilidad, en los que fundamentar su pintura. Destacan piezas como La Calma (100x100 cm), Los estados de la luz (130x160 cm) y El Faro (100x100 cm); y las acuarelas Pez luna y Pez Globo (70x100 cm).

ESPACIOS ATMOSFÉRICOS // Encuentra su inspiración en los amaneceres, los atardeceres, e incluso las tormentas. «Me apasiona el espacio atmosférico y los efectos luminosos que evocan en el mar», explica, señalando que esta búsqueda le ha servido para «trabajar con la paleta de colores».

Quizás por este motivo se inició con la acuarela, que según dice, la ayudó a «comprender mucho mejor la luz y plasmar las imágenes y formas sobre el papel». Posteriormente, empezó a experimentar. «Así he buscado mi propio estilo, marcado por las cargas, los volúmenes y la gran variedad cromática… en una simbiosis de técnicas en un mismo lienzo», explica la artista, habituada a trabajar en el suelo, para consolidar el peso de sus obras y la fuerza del trazo.