Voz desgarradora y altisonante. Pero también dulce y etérea. Como un bálsamo reparador para las heridas y el sufrimiento. Así se mostró Belle de Z ayer en la basílica de la Mare de Déu del Lledó, donde protagonizó, por primera vez en la historia, un concierto de góspel en el templo mariano, congregando a un público muy entregado que colmó todos los bancos y accesos a la iglesia, que registró un lleno absoluto.

Ritmos evangelistas que se elevan al cielo en la mejor tradición de la música afroamericana. La cantante eslovaca, afincada en Castellón, fue cántico espiritual, como San Juan de la Cruz, morada de los cielos, como Santa Teresa de Jesús, y también Luther King proclamando Yo tuve un sueño. Bajo el ritual católico romano, y en el marco de la misa matinal de la basílica de la patrona -organizada por la Real Cofradía de Lledó-, Belle de Z, acompañada al piano por José Miguel Moll Fernández; por José Calduch Flores y con los coros de Melani Villena Melero, fue desgranando un repertorio que iba siguiendo la estructura de las diversas partes del oficio litúrgico. Así, en el canto de Entrada, Belle ya emocionó con Feeling Good, de Anthony Newley y Leslie Brucuse.

Pero el virtuosismo góspel de la eslovaca no hacía más que empezar. El Amazing Grace, de John Newton en el Kyrie y el vibrante Halleluja!, de Leonard Cohen, en el apartado del Aleluya, iba completando el círculo de la belleza interior que se respiraba en la basílica de la Mare de Déu del Lledó.El Stand by me, de Ben E. King añadió más abalorios si cabe a una audición que hacía historia.

Más emociones llegaron a Lledó con el Padre Nuestro en versión Belle de Z, Jesus Loves Me, compuesta por la propia cantante.

Y en el momento sublime de dar y recibir la paz, el Happy Day de Edwin Hawkings, sonaba con fuerza. Para la Comunión, el Alabaster Box obraba el milagro de compartir. Preciosos instantes.

Y como corolario, la interpretación de los Gozos a la Virgen y la Salve Popular. Oh, happy day!