La 69 edición de la Berlinale llega abanderando un fin de ciclo y, para muchos, la promesa de un cambio de rumbo. Por 18 y último año su dirección corre a cargo de Dieter Kosslick, que durante su largo mandato ha visto cómo el festival era gravemente criticado por el déficit de calidad y la falta de criterio crecientes. Tal vez Kosslick se haya esforzado por poner toda la carne en el asador y ofrecer una selección impecable, y dejar así el cargo con la cabeza bien alta; también existe la posibilidad de que haya entonado aquello de "para lo que me queda en el convento". No lo sabremos hasta mediado el certamen. De momento, sobre el papel, esto -entre varias otras cosas- es lo que ofrece el programa.

DESIGUALDAD DE GÉNERO, PERO MENOS

Que este año el porcentaje femenino en la Berlinale iba a ser particularmente alto es algo que se daba por hecho considerando el hincapié que se ha hecho en el último año y medio en la necesidad de mayor igualdad de género en la industria del cine. Como resultado, siete de las 17 películas que aspiran al Oso de Oro han sido dirigidas por mujeres, empezando por la que inaugura el festival este mismo jueves: el drama coral 'The kindness of strangers' es la décima película de la danesa Lone Scherfig. A nosotros, eso sí, nos interesa más lo nuevo de una cineasta por la que el festival siente debilidad, Isabel Coixet, tanto porque lleva el logo de Netflix estampado en su cartel promocional -en otras palabras, igual hasta crea controversia- como, sobre todo, por su asunto: 'Elisa y Marcela' es la historia de dos mujeres que se casaron a principios del siglo pasado, cuando una de ellas se hizo pasar por un hombre. Fuera de la competición la presencia de autoras femeninas crece exponencialmente, y entre todas ellas destacan dos: la catalana Neus Ballús, que presenta 'Staff only', y la gran Agnès Varda, que a punto de cumplir los 91 estrenará su nuevo documental autobiográfico, 'Varda by Agnès'.

AUTORES ASIDUOS

Decíamos que Coixet es hija predilecta del festival, y con motivo: 'Elisa y Marcela' es la novena de sus películas que presenta aquí. Y entre el resto de participantes en la muestra hay varios habituales más. Como el chino Zhang Yimou, que en 1988 llegó a Berlín y besó el santo -su ópera prima, 'Sorgo rojo', ganó el Oso de Oro-, y que ahora visita el festival por octava vez con el drama rural 'One second'; o como el francés François Ozon, cuya nueva película representa su quinta presencia en el certamen, y dará que hablar: 'Gracias a Dios' plantea el candente tema de la pederastia en el seno de la Iglesia católica. Y, por otros motivos, también Fatih Akin merece formar parte de este grupo. Pese a que el thriller 'El guante dorado' es solo la segunda de sus películas que participa en la Berlinale, él es un nombre propio del festival, tanto porque esta es literalmente su casa -Akin es de linaje turco pero nació en Alemania- como, sobre todo, porque fue el Oso de Oro que obtuvo aquí gracias a 'Contra la pared' (2004) lo que lo lanzó a la fama internacional.

VISITANTES DEL OTRO LADO

Curiosamente, los directores de varias de las películas más esperadas del certamen son gente conocida sobre todo por su trabajo actoral; y, curiosamente también, pese a esa expectación ninguna de ellas aspira al Oso de Oro. El estadounidense Casey Affleck estrenará 'Light of my life', drama distópico sobre una sociedad sin mujeres; y su compatriota Jonah Hill presentará su ópera prima, 'Mid90s', sobre un adolescente que se encuentra a sí mismo al integrarse en un grupo de 'skaters'. También veremos la primera película tras la cámara del británico Chiwetel Ejiofor, 'The boy who harnessed the wind', una historia de superación ambientada en Malawi a principios de este siglo. Y destaquemos, por último, el debut directoral de la estrella del cine brasileño Wagner Moura: 'Marighella' recuerda a un político y poeta asesinado en 1969 por el régimen militar de su país. Como explicamos a continuación, es el tipo de película que al festival le va como anillo al dedo.

REFLEXIONES POLÍTICAS

La Berlinale nació con la mirada puesta en el convulso mundo que la rodeaba -lo hizo en plena guerra fría, como instrumento de propaganda aliada-, y allí la mantiene. Entre los títulos de alto contenido político presentes este año en la sección oficial destacan otros tres: 'Mr Jones', de Agnieszka Holland, recrea la investigación periodística que reveló la hambruna que azotaba a la Unión Soviética a principios de los años 30 y de la que George Orwell tomó inspiración para escribir 'Rebelión en la granja'; 'Watergate', documental de Charles Ferguson que recrea el escándalo que acabó echando a Richard Nixon de la Casa Blanca; y el biopic ya estrenado en España 'El vicio del poder', que retrata a uno de los grandes villanos de la política internacional reciente: el exvicepresidente de Estados Unidos Dick Cheney.

UNA ALFOMBRA ROJA DESAHOGADA

Se ha dicho que este año la Berlinale andará escasa de estrellas, y es cierto que los fotógrafos especializados en esa cosa llamada glamur no irán precisamente con la lengua fuera. En todo caso, veremos pasear por la alfombra a Catherine Deneuve al frente de la nueva película de André Techine, 'Ladieu à la nuit', historia de una abuela que recibe la visita de un nieto que oculta un oscuro secreto. No es la única diva francesa que acaparará flashazos: además de ejercer de presidenta del jurado, Juliette Binoche presenta 'Celle que vous croyez', sobre una divorciada cincuentona que se hace pasar por una veinteañera en Facebook. Por su parte, Diane Kruger protagoniza el thriller de espionaje 'The Operative'. Pero la estrella cuya visita más esperamos algunos ni tiene una filmografía relevante ni siquiera es una actriz: la rockera PJ Harvey podría aparecer por la Berlinale para presentar 'A dog called Money', documental que contempla el proceso creativo que dio lugar a su nuevo álbum. Crucemos los dedos.