Excelso y versátil, Félix Gómez. De adolescente travieso de Al salir de clase a --más de veinte años después-- Ramón, un inquieto hombre que quiere cantar en el memorial de su madre en La golondrina, de Guillem Clua, que representará el sábado próximo en el Teatro Principal de Castellón, como partenaire privilegiado de la consagrada Carmen Maura, en su vuelta a los escenarios cuatro años después. Gómez, cuya voz rebosa alegría al otro lado de la conexión telefónica, apela a la «necesidad de comunicarnos, expresar sentimientos, empatizar con el prójimo», hilo conductor de una obra teatral convertida «en un canto común a la vida».

--¿Qué es ‘La golondrina’? ¿De qué habla? ¿Que quiere transmitir al espectador?

-El texto de La golondrina me atrapó desde el primer momento. Me enamoré de él. Era necesario para mí aceptar este personaje. Es un duro enfrentamiento entre los dos personajes que les lleva a descubrir una verdad que les obliga a reflexionar sobre sus identidades, la aceptación de la pérdida y la fragilidad del amor, hasta tal punto que sus destinos quedan unidos para siempre.

--Actuar como ‘partenair’ de Carmen Maura, ¿un privilegio para cualquier actor, no?

-Es un lujo. Es un regalo que no esperas nunca que te puedan ofrecer. Carmen es un dechado de maestría. Estar frente a ella es crecer todos los días profesional y personalmente. Es un sueño hecho realidad para cualquier profesional de las artes escénicas. Pero además, estar con ella es siempre el relato de una bateria de anécdotas. Es estar con una amiga y una cómplice.

--Usted empezó como actor desde la televisión. ¿La pequeña pantalla es la gran plataforma de lanzamiento para un artista?

-La televisión es la que te da popularidad y fama. Una escuela maravillosa para seguir aprendiendo. Pero no tienes que pararte ahí. Hay que seguir evolucionando. Crecer actoralmente.

--¿Qué queda de aquel adolescente travieso que empezó en la TV con ‘Al salir de clase’?

-De aquel chaval quedan bastantes cosas. Sigo teniendo la misma ilusión y las mismas ganas por ejercer mi profesión de actor. Unas ilusiones y esperanzas que permanecen intactas.

--Y ahora haces más teatro.

-El teatro es más íntimo y personal. Un contacto directo con el espectador. Intercambias emociones con el público porque lo tienes ahí, al lado, muy cerca. Notas sus reacciones, sientes su pálpito en cada función.

--¿Cómo esperas que te reciba Castellón, donde has actuado tantas veces?

-Tengo ganas de estar en Castellón. Sé que se van a emocionar con La golondrina, que van a disfrutar de un espectáculo que habla de sentimientos, de dudas y de las cosas que nos pasan.