El clásico del teatro español del siglo XX basado en la excepcional obra de Miguel Delibes. Una actriz extraordinaria que borda el personaje como si se hubiera creado a su medida. Después de triunfar en la temporada el Teatro Bellas Artes de Madrid, Lola Herrera regresa a tierras castellonenses con su icónica Cinco horas con Mario, en uno de los papeles de su vida. Y lo hará concretamente en el Auditorio Leopoldo Peñarroja de la Vall d’Uixó, el domingo 20 de enero, a las 20.00 horas.

Llevada a la escena por primera vez el 26 de noviembre de 1979 en el Teatro Marquina de Madrid. Lola Herrera dio vida entonces a Carmen Sotillo y ahora, casi 40 años después, vuelve para regresar a su piel, con una puesta en escena de Josefina Molina y producción de Sabre y Pentación Espectáculos, con José Sámano y Jesús Cimarro al frente.

Herrera, que tienen en este papel una de sus atalayas interpretativas, no fue devorada por su personaje, en esta conmovedora historia y pudo perfectamente proseguir con su trayectoria actoral con nuevos retos y éxitos contrastados.

El argumento, contundente y versátil, se sitúa en marzo de 1966. Carmen Sotillo, alter ego de Herrera, acaba de perder a su marido, Mario, de forma inesperada. Y cuando las visitas y la familia se han retirado, ella, a solas, vela una última noche su cadáver, en un monólogo-diálogo en el que se destapan sus personalidades y los conflictos de su matrimonio. A una sola voz.

Con una forma entrecortada, detallista al mínimo, reiterativa y llena de tópicos, la protagonista manifiesta sentimientos y emite juicios, que hoy pueden parecer del todo increíbles. Pero, se da fe de que ese lenguaje existía, de que esos juicios se emitían, de que esas cosas estaban entonces en el día a día.