El teatro clásico volverá a tomar el castillo de Peñíscola con la XXIII edición de uno de los mayores festivales teatrales de Europa. Lo hará un mes después de lo inicialmente previsto, un tiempo prudencial que ha servido para adaptar el certamen a la nueva realidad a causa del coronavirus. La diputada de Cultura, Ruth Sanz, presentó ayer junto con el director de la muestra, Carles Benlliure, el cartel anunciador y la programación teatral que tendrá lugar del 16 al 31 de julio y que reunirá en esta edición a ocho compañías escénicas.

El patio de armas de la fortaleza seguirá siendo el epicentro de las actuaciones. «Pese a los cambios, que pasarán por el establecimiento de la distancia social y el refuerzo de la higiene, no significarán una menor o peor experiencia para el usuario, sino todo el contrario, será mejor que en ediciones pasadas», explica Sanz.

Para hacer más enriquecedoras las obras, serán personajes de época los que recordarán las medidas de seguridad a cumplir a través de versos, rimas y canciones, estableciendo así «un clima de confianza y de risa» antes de acceder al interior del castillo.

A falta de conocer el aforo permitido y el procedimiento para comprar las entradas, dos de las ocho agrupaciones teatrales que se darán cita en Peñíscola son de la Comunitat y una de ellas de Castellón, concretamente de Vila-real. Es el caso de La Fam, que se encargará de llevar a cabo el espectáculo de clausura.

JORNADAS VIRTUALES // El festival incorporará este año una novedad, ya que, por primera vez, celebrarán unas jornadas cibernéticas en las que directores, actores o dramaturgos, entre otros, analizarán el nuevo escenario al que se enfrenta el mundo de la cultura y las nuevas posibilidades que se abren con la pandemia.