Macrotardeo en Castelló. La plaza de toros consagró un genero, un estilo de vida, una actitud, un ritmo que solo se da por las tardes. Fiesta non stop en el albero de Pérez Galdós para mayor gloria del pop- rock.

Tardeolé monumental con el mejor ambiente que se puede dar en un vespertino vértigo de revoluciones musicales. Primero, Juan Nadie, con directos basados en versiones de grupos como Barricada, Platero y tu, Rosendo, Joaquín Sabina, Burning, AC/DC, algún tema propio y bastantes de Morcillo, al que rindieron tributo cuando comenzaron.

Despúes, Amor de Madre, con un directo contundente y divertido que nunca deja indiferente al público. Lo suyo son los coverts, con un estilo más libre y un toque más personal. Aunque tienen gran cantidad de temas propios, sus fieles siempre piden que canten a lo Raphael, Los Chunguitos, Happy Mondays, Frank Zappa, Oasis o Miguel Gallardo.

No defraudó tampoco Kasparov con sus versiones años 60 y 70 del pasado siglo. Ni Los Replicantes, banda formado por Juan Pellicer (voz), Epi Gimenez (Bateria), Ximo Edo (guitarra), Javier Matheo (guitarra y voces) y León Peréz (bajo y voces), que demostraron su virtuosismo en versionar sin complejos, y sin miedo, ritmos ochenteros.

Castelló fue tardeo. Y la música, los food trucks y el summer market dieron color en una sugerente iniciativa que inauguraba el verano musical de nuestra tierra. Muchos castellonenses vibraron sobre el arenal taurino en un ritual placentero que invitaba a soñar, a ser felices, a disfrutar de emociones y talentos. El tardeo vino para quedarse.