Una de las últimas películas nominadas a los Oscar en llegar a nuestra cartelera es el drama Van Gogh, a las puertas de la eternidad dirigido por Julian Schnabel (La escafandra y la mariposa). Su protagonista, Willem Dafoe, consiguió la única candidatura del filme, pero no se llevó el premio. Le acompañan Oscar Isaac (A propósito de Llewyn Davis, Star Wars), Rupert Friend (La reina Victoria) y Emmanuelle Seigner (La venus de las pieles).

El filme repasa los dos últimos años de vida del pintor que, tras una estancia en París, decide establecerse en el sur de Francia, en la población de Arles, siguiendo los consejos de su colega Gauguin que le recomienda que vaya en busca de la luz. Allí desarrollará al máximo su obra, pero también sufrirá problemas mentales. Esta aproximación a la última etapa del artista también tiene muchas curiosidades.

-Entre artistas anda el juego. El director es también pintor y artista plástico y un especialista en narrar las vidas de artistas atormentados como Basquiat, el poeta cubano Reinaldo Arenas en Antes que anochezca (que le valió su primera nominación al Oscar a Javier Bardem) o este Van Gogh que también consiguió que Dafoe estuviera entre los cinco candidatos.

-Los cameos de villanos Bond. El filme cuenta con la presencia, en pequeños papeles, de actores europeos como Mads Mikkelsen y Mathieu Amalric. Curiosamente, ambos fueron los rivales de James Bond. El primero en Casino Royale y el segundo, en Quantum of solace.

-Un personaje binominado. Willem Dafoe fue candidato al Oscar por esta interpretación, igual que Kirk Douglas en El loco del pelo rojo. Ninguno de los dos lo consiguió, pero en la misma película de 1956, sí que se lo llevó Anthony Quinn en la categoría de mejor secundario interpretando a Gauguin.

-Una diferencia de edad importante. Cuando el actor interpretó al artista tenía 62 años, 25 más que Van Gogh, que falleció a los 37. El director le resta importancia explicando que, para su edad, el pintor estaba muy envejecido.

-Poco francés. Pese a que la acción transcurre en Francia, ni el director, Julian Schnabel, ni Dafoe hablaban lo suficientemente bien el francés por lo que decidieron rodarla casi en su totalidad en inglés. Eso sí, en la escena inicial lo utiliza para marcar el tono. De todas maneras, al parecer el pintor tampoco hablaba bien esta lengua, por lo que no hacía falta pulir el acento.

-Un guionista estrella. Schnabel escribió el guion del filme junto a un prestigioso escritor de películas. Se trata del francés Jean Claude Carrière, que cuenta ya con ¡88 años! y que fue colaborador habitual de maestros del cine como Luis Buñuel, Milos Forman, Louis Malle o Volker Schlondorff.

-La idea. El proyecto nació tras una visita de Schnabel y Carrière a una exposición sobre el artista y pensaron en lo interesante que sería hacer un filme sobre la vida de los cuadros de un pintor.

-Con la ayuda de un artista. Un pintor se los llevó a ambos al museo de Orsay y les hizo mirar los cuadros de Van Gogh de cerca y de lejos para que pudieran apreciar los detalles técnicos y el volumen de sus pinceladas.

-La investigación. El filme está basado en las cartas escritas por el pintor y las biografías de diversos autores, así como escenas ideadas por los cineastas, que podrían haber ocurrido.

-El viaje de Van Gogh. Antes de rodar, los cineastas visitaron los escenarios reales de la película, donde transcurrieron los dos últimos años de vida de Van Gogh: la población de Arles, el asilo en Saint-Remy y Auvers-Sur-Oise. El filme se rodó en los mismos lugares donde ocurrió la acción, así como en el museo del Louvre.

-El parecido con el original. Lo que más sorprende es que el actor en cuanto le pones un sombrero de paja y le pintas el pelo de rojo parece haber nacido para dar vida al pintor. Es más parecido de lo que imaginamos sin que por ello deje de ser Dafoe. Su interpretación, por otro lado, es espléndida.

-Preparándose para el papel. Schnabel quería que Dafoe se involucrase física, emocional e instintivamente con los lienzos y, por ello, el propio director, que también que es pintor, fue quien instruyó al actor y le enseñó unas nociones básicas que pudiera pintar.

-Imitando un cuadro famoso. El cartel del filme intenta reproducir el célebre autorretrato de Van Gogh con la oreja cortada.

-La escena favorita de Oscar Isaac. El actor guatemalteco, que interpreta a Gauguin, reconoce que su secuencia favorita es aquella en la que ambos artistas están pintando juntos. Para Isaac, lo mejor es el contraste: “Van Gogh está pintando lo que ve frente a él de una manera salvaje y Gauguin está inventando algo nuevo”.

-La experiencia del fotógrafo. Antes del rodaje, Schnabel le pidió al director de fotografía, Benoit Delhomme que cogiera un sombrero de paja, unos pantalones y unos zapatos como los que se iban a utilizar para Van Gogh y se grabara caminando por el campo como si fuera el artista. El operador se estuvo preparando así deambulando durante tres días por los campos de trigo.

-La cámara. La película fue grabada en gran parte a mano, utilizando una plataforma especialmente creada para permitir la máxima flexibilidad e, incluso, en determinados momentos era el propio Dafoe quien filmaba para que se vieran los hechos desde su perspectiva.