Habló sin tapujos. Con sentido común, ese seny catalán que tanto se echa en falta. Midiendo las palabras, pero a cada vocablo una sentencia, una afirmación, un sentido inequívoco, un consejo certero. Sin reproches.

Josep Antoni Duran i Lleida, ex líder de Unió Democràtica de Catalunya (UDC), el otro partido que con Convergència formaba la coalición CiU, presentó en Castalia Iuris, en Castelló, «donde siempre es un placer venir», su libro de memorias El riesgo de la verdad, su «verdad». «Tal vez fragmentada, pero que recoge mi trayectoria política desde 1974 hasta el 2015, justo en el momento que irrumpe con fuerza el independentismo catalán», destacó el político democristiano a la hora relatar qué es su libro y porqué.

Apadrinado por el que fuera ministro de Ciencia y Tecnología con Aznar, y exdiputado del PP por Castellón, Juan Costa, Durán i Lleida, sin hacer spoiler, diseccionó algunos de los axiomas argumentarios de su libro «desde una visión de la política de lealtad, mediterránea e hispana», como calificó su gestión en el Congreso de los Diputados, y la importancia que tuvieron los apoyos de CiU «a la gobernabilidad del Estado español», apelando siempre a «la negociación y al diálogo necesarios e indispensables».

Una política «de regate corto» que, sin embargo, «hubiera sido mejor si CiU «hubiera entrado en el gobierno». «Un ministro de Convèrgencia i Unió en el ejecutivo español hubiera abierto muchas puertas», reflexionó.

Y, tal vez, «no estará pasando lo que estamos viendo en el tema del independentismo catalán», aseveró un Duran i Lleida contundente y asertivo.

RAJOY, «CULPABLE» // Y es que para el exlíder de Unió Democràtica, el procès de Catalunya «ha sido un gran fracaso colectivo».

«De todos», concretó. «Partidos independentistas, partidos nacionales, sociedad catalana, sociedad española..., cada uno tiene su parte de responsabilidad». «Y uno de los grandes culpables es Rajoy, quien tenía un concepto del tempus político muy poco certero para solucionar el problema que solo se resolverá con diálogo, diálogo y más diálogo», apuntó.

Porque, «además, no se puede hacer política a base de tuits, no se puede negociar en redes sociales; es necesario el cuerpo a cuerpo». En este sentido, apeló a la transición política, que fue «posible gracias a la voluntad de tolerancia y respeto de cada uno de los políticos y el deseo y la capacidad de que todo saliera bien». H