JASON STATHAM

Seguramente Jason Statham nunca imaginó que iba a convertirse en uno de los grandes titanes del cine de acción, pero lo cierto es que desde joven ya estaba dando volteretas, tirándose en paracaídas, aprendiendo artes marciales y compitiendo como saltador de trampolín olímpico (cuando todavía tenía pelo). Lo suyo era el elemento físico, pero tuvo una revelación cuando supo que podía combinar estas habilidades malabarísticas con su inclinación artística a través de la interpretación. Fue descubierto por Guy Ritchie cuando, tras abandonar el mundo de la moda, se encontraba por las calles ejerciendo como vendedor ambulante, continuando el negocio paterno. Su participación en Lock & Stock (1998) y Snatch: Cerdos y diamantes (2000) como nuevo representante del mamporrero británico oficial, resultó determinante en su carrera gracias a la credibilidad que logró imprimir.

A partir de ese momento, comenzó su trayectoria ascendente imparable. Hollywood andaba escasos de tipos con carisma y dotes genéticas para la gresca y Statham tenía todo lo que era necesario para triunfar. Película que hacía, película que se convertía en franquicia, véase Transporter, Crank, Los mercenarios o The Mechanic. A Fast & Furious llegó en la séptima entrega para hacerse cargo de Deckard Shaw y ha conseguido tener un 'spin-off' junto a Dwyane Johnson para su entero lucimiento. Ha luchado contra megalodones, contra fantasmas de Marte, ha sido justiciero urbano y es pareja de la supermodelo Rosie Hungtinton-Whiteley, con la que tiene un hijo. Como diría el anuncio de la colonia Jaqs, con él, vuelve el hombre.

DWAYANE JOHNSON

En el 2016 Dwyane Johnson consiguió tres grandes logros: fue elegido por la revista 'People' como el hombre más sexy del planeta (sí, aquello ocurrió de verdad), encabezó la lista 'Forbes' como actor mejor pagado del mundo y declaró que le rondaba por la cabeza ser presidente de Estados Unidos. Además, quizás lo más importante, se convirtió en dibujo animado, le puso voz al semidiós Maui en Vaiana y cantó la marchosa De nada, donde decía verdades como puños, como que es un tipo cachas muy normal. Y es que esa es precisamente la imagen que siempre ha dado este californiano de orígenes samoanos que primero fue campeón de lucha libre y más tarde icono de la cultura popular.

Seamos sinceros, cuando lo vimos por primera vez en El regreso de la momia (2001) interpretando al Rey Escorpión, no podíamos imaginar que iba a llegar tan lejos. Pero pronto demostró que no le tenía miedo a nada, ni a los filmes marcianos de autor (Southland Tales), ni a las comedias (donde ha brillado hasta límites insospechados), ni a las películas familiares en las que podía ejercer de papá molón. Si hay un argumento realmente rocambolesco pululando por los despachos de Hollywood, ya sabemos quién puede ser el candidato ideal, es su especialidad. Por mala que sea la película, Dwyane La Roca Johnson consigue elevarla con su sola presencia. Se incorporó a Fast & Furious en su quinta entrega y terminó enfrentándose a Vin Diesel tras el rodaje del capítulo ocho acusándole de vago, actitud que un trabajador nato como Johnson no tolera. Quizás por esa razón, la lista de proyectos de uno resulta avasalladora con respecto a la del otro.