Cuánta dulzura transmite al otro lado del hilo teléfonico. Cuánto sentimiento exacerbado y puro, de ese quejío del flamenco inmaculado. Cuánta sabiduría en sus palabras. Voz de ángel, privilegio de un tiempo. Niña Pastori canta en Castellón el próximo 1 de octubre, diez años después de su último recital en la capital de la Plana. Será en el Auditori i Palau de Congressos, en una cita para iniciados, pero también para los amantes del arte en toda su esencia. Ofrecerá los temas de su último disco, Ámame como soy, y también las canciones de sus anteriores trabajos. Flamenco y también fusión & flamenco fusión.

--¿Qué nos ofrecerá en su concierto en Castellón diez años después de su última visita a la capital de la Plana?

-Pues los temas de mi último trabajo discográfico, Ámame como soy, y canciones anteriores, porque el público quiere escuchar también los temas que han ido forjando mi carrera a lo largo de veinte años. Y quiero compartir con el público mis sensaciones.

--Un nuevo disco de flamenco, pero también con mucha fusión.

-Sí. Son mis canciones, pero también de otros artistas como Juan Luis Guerra, Rubén Blades, Pancho Céspedes... Boleros, salsa y ritmos exóticos en plena comunión con el flamenco, y que pueden extrañar a los que están acostumbrados a lo más estándar, pero que hay que disfrutar tal y como son. Fusión de estilos.

--Y a finales de octubre inicia una gira en México. ¿Cómo espera ser recibida?

-En todas mis giras en Latinoamérica he sido recibida de forma excepcional. Les encantan mis canciones y quieren oír también versiones de temas que conocen como Angelitos negros. Les gusta mi forma de cantar y mi flamenco. Tienen una sensibilidad especial para disfrutar de mi música y de mis canciones. Y no solo en México, también en Chile, Colombia, Venezuela... Hay un público muy agradecido, y una conexión especial de Niña Pastori con el público latino desde siempre.

--Los ortodoxos del género huyen del flamenco fusión.

-De entrada, el flamenco es una forma de sentir. Un género que está abierto a la vida, que es universal, por lo tanto, no debe de haber límites. Flamenco como baile, como cante, como experiencia vital y unido a todos los ritmos. No se pueden poner puertas al campo de los sentimientos.

--Usted llega a Castellón diez años después de su último recital. ¿Cómo espera ser recibida? ¿Los castellonenses entienden de flamenco?

-El público de Castellón es muy bueno. Ya lo creo que entiende de flamenco. Siempre me han demostrado un cariño y admiración especial, y quiero que todos los que vayan al concierto se lo pasen bien y disfruten con mis canciones. H