Solemne y entrañable. Así percibió el público el gran acontecimiento para Castellón que supuso el concierto extraordinario de anoche en el Auditori de Castelló, a cargo de la Orquesta de la Comunitat Valenciana, para celebrar el 90º aniversario de la Sociedad Filarmónica de Castellón. Y con un protagonista de excepción: Plácido Domingo como director. El gran tenor internacional, vestido de riguroso chaqué y batuta en mano, hizo gala de su saber hacer como director musical y condujo magistralmente a la orquesta en el repertorio que dedicó a los compositores Giuseppe Verdi y Richard Wagner, en el bicentenario del nacimiento. El president de la Generalitat, Alberto Fabra, no quiso perderse esta oportunidad del debut del maestro Domingo en Castellón.

La primera gran cita cultural del año en la capital despertó mucha expectación. “Estamos aquí, no podíamos fallar”. “Es una oportunidad”. Son frases que se oían por doquier en el vestíbulo del Auditori, momentos antes de acceder a la sala Sinfònica, donde se dieron cita el todo Castellón. Ellas, bastantes, vestidas para la ocasión, enjoyadas y con abrigos de pieles, y ellos, algo menos ostentosos, se mezclaban con otro público más heterogéneo. A resaltar, un par de grupos de escolares que acudieron con sus profesores: el Carles Salvador y el Conservatorio Profesional de Música Maestro Tárrega.

Las primeras autoridades llegaron puntuales. El presidente de la Sociedad Filarmónica, Miguel Ángel Trilles, en su calidad de anfitrión, junto a la intendente del Palau de les Arts de Valencia, Helga Schmidt, recibieron a las puertas del Auditori al president, Alberto Fabra, y a su mujer, Cristina Fortanet, acompañados de la consellera de Cultura, Mª José Catalá; el secretario autonómico de Cultura, Rafael Ripoll; el alcalde de Castellón, Alfonso Bataller, y su mujer, Mavi Monfort; el presidente de la Diputación, Javier Moliner, con su esposa, Amparo Ortiz; el director ejecutivo de Castelló Cultural, Vicent Farnós, así como el delegado del Consell en Castellón, Ximo Borrás. También acudieron a la cita los ediles del Ayuntamiento de Castellón, Vicent Sales, Carmen Querol, Begoña Carrasco y Amparo Marco; las diputadas autonómicas, Marisol Linares y Mª Fernanda Vidal, así como el presidente de la Audiencia, Carlos Domínguez; y el cronista oficial, Antonio Gascó.

Entre los grandes melómanos y también protagonistas de este día, estuvieron los expresidente de la Filarmónica Ricardo Gómez, Encarna Gil y Vicente Sampedro; la vicepresidenta de la institución musical, Emilia Valls; además de los restantes miembro de la Junta de Gobierno: Salvador Pavía, Fernando Cacho, Francisco Quintana, Juan Manuel Aragonés y Manuel Breva.

Seguidores de la Filarmónica, invitados, amantes de la música en general y curiosos por ver de cerca a Plácido Domingo, consiguieron la entrada para disfrutar de la velada única en Castellón. Entre el público que acudió pudimos ver a Clorinda Basco y Henrie Adams, vicepresidenta y presidente respectivamente de la Orquesta Sinfónica de Castellón; el prior de Lledó, Josep M. Francés; Vicente Cuevas, de Autos Mediterráneo; el abogado Vicente Falomir, la cantante Bárbara Breva y la polifacética Alicia Pastor y al artista Juan Ripollés.

Los fuertes aplausos con que el público que abarrotaba la sala recibió a Plácido Domingo al salir al escenario se incrementaron cuando este, tras saludar al director de orquesta, hizo la propio hacia el público, dando paso a la obertura La forza del destino, de Verdi, el inicio del programa.

Ya en el descanso y durante la entrega de la insignia de oro a Alberto Fabra y nombrarle socio de honor de la Filarmónica también a Domingo, el presidente Miguel Ángel Trilles emplazó a este a festejar el centenario de la entidad, a lo que el tenor respondió: “Yo me apunto, si Dios quiere”.

Tras una segunda parte dedicada a Wagner, Domingo felicitó a la mujer de Fabra en su aniversario, y le cantó el cumpleaños feliz, coreada por el público.