Sin dudarlo, el Encuentro Nacional de Editoriales Independientes (ENDEI) nos hemos convertido en la aldea gala frente a los monopolios de las grandes editoriales; es casi un bipolio», ha señalado Pablo Sebastiá, uno de los organizadores de la cita que se está celebrando en Castellón, y que hoy cierra sus puertas.

Unas palabras que hablan de la importancia y del papel que desempeñan las editoriales independientes frente a los grandes grupos editoriales. Así pues, la convocatoria «se consagra como el templo en la defensa de las pequeñas y medianas editoriales ante los gigantes de la producción editorial», como reitera Sebastiá, «en la búsqueda de una personalidad propia en el mundo editorial».

Y es que, las editoriales independientes proporcionan «un contacto directo con el autor, que sabe qué personas publican su obra, y hay un diálogo cercano e inmediato entre escritor y la editorial». Así se pronuncian Alice Déon, de la firma La Table Ronde, y Claire Duvivier, de Asphalte, quienes reflejan en el ENDEI el modelo francés en la producción independiente de libros.

Déon, por ejemplo, habla de que su editorial mantiene el «carácter familiar, pese a que pertenece a un grupo mediano, Galliomard». «Estamos en una posición intermedia, pero hemos conseguido que los escritores que promocionamos sepan exactamente quiénes somos nosotros y, al mismo tiempo, sabemos quién es el autor por el que hemos apostado publicar un libro», señala.

«Son las pequeñas empresas las que hacen posible siempre que un autor entre en la escena literaria»·, recalca la representante de La Table Ronde, quien matiza, sin embargo, «que después son las grandes editoriales las que se llevan a este escritor cuando ha triunfado con nosotros».

BUENA INICIATiVA // Tanto Déon como Duvivier valoran positivamente la celebración del ENDEI: «Es bueno que los editores hablen ente sí; que compartan experiencias e inquietudes».

En este sentido, aseguraron que «el mundo editorial tiene que resolver algunos de los retos que se están planteando como el de las redes sociales, la piratería y la utilización de nuevas tecnologías, y que son algunos de los temas de los que hemos estado hablando durante estos días». Ambas coincidieron en que «el momento más doloroso para un editor es decir que no a una obra que se nos ha presentado; es la parte más difícil de nuestro trabajo que, sin embargo, tiene como gratificante el ver que un texto en el que has creído está teniendo un largo recorrido».