El Festival Música 775 de Vilafranca puso ayer el punto final a la sexta edición del certamen, nada menos que con un homenaje a uno de los mejores saxofonistas de la historia, Pedro Iturralde.

Una conferencia-concierto que deleitó al público con un piano y dos saxofones a cargo de Jesús M. Gómez, Joaquín Franco, y Vicent Benavent, intérpretes de referencia del panorama musical español y catedráticos de diferentes conservatorios superiores de la geografía española, que tocaron con gusto y virtuosismo en la jornada de ayer en Vilafranca.

En la primera parte, solo piano. Se escucharon temas como Zorongo gitano, en el que el autor utiliza motivos populares de Andalucía; Homenaje a Granados, basado en la danza número V del compositor; Balada galaica, un canto popular triste, o El molino y el río, inspirado en su infancia.

En la segunda mitad interpretaron en versión de dos saxofones y el piano la Suite helenique, la balada y las czardas, verdadera obra virtuosa que sirvió de colofón final al magnánimo concierto. La asistencia fue masiva, así como la buena acogida del repertorio interpretado por estos tres referentes valencianos. Más tarde fue el turno de Quiteria Muñoz y Úrsula Segarra. Una valenciana y una castellonense de la Vall d’Uixó que forman desde hace más de dos años el grupo De Soprano y Arpa. Un dúo que propone un acercamiento diferente a la música clásica, que consiste en llevar el género a lugares no habituales y llegar a un público diferente.

La selección musical situó a los presentes en la Francia de entreguerras, con obras de Faure, Debussy, Ravel o Poulenc, de reconocidos autores como Jean Anouilh, Sully Prudhomme o Armand Silvestre. Un contexto, según el organizador Pere Joan Carrascosa, «muy parecido al que encontramos hoy en los espacios dedicados a la música clásica y lírica, alejado de los comunes mortales». Un exitoso festival que embriagó, un año más, con su suave ritmo a todos los asistentes.