Una de las señas de identidad del Festival de Música Antigua y Barroca de Peñíscola, la recuperación de partituras poco conocidas por el gran público, centró el primero de los conciertos de su XXII edición, con la propuesta formulada desde el grupo La Dispersione. En el escenario del patio de armas del castillo defendieron el espectáculo titulado No he de enmudecer, con arias de zarzuela barroca, procedentes de autores de finales del siglo XVII y comienzos del XVIII. La soprano Erika Escribá-Astaburuaga y el director Joan Baptista Boïls lideraron un conjunto de siete músicos, que ejecutaron piezas de compositores como Antonio Martín y Coll, Antonio Literes y José de Nebra. También hubo un apartado para las piezas instrumentales, que fueron adaptaciones de Flores de Música, una recopilación de piezas --muchas de ellas anónimas-- llevada a cabo por Martín y Coll, franciscano que fue organista en la basílica de San Francisco el Grande de Madrid.

El ciclo de conciertos sigue esta noche, a partir de las 22.30 horas, con una de las formaciones internacionales invitadas en el presente año. Se trata del grupo vocal The Gonville Consort, con piezas vinculadas a la corte inglesa en el periodo entre 1500 y 1700.