El recinto de festivales de Benicàssim acogió anoche la última jornada de conciertos del FIB, que se caracterizó por el gran ambiente reinante para despedir una intensa vigésimo cuarta edición.

La lluvia que cayó durante la mañana, aunque no fue abundante, sí que motivó el retraso de los montajes en los diferentes escenarios, por lo que hubo algunas modificaciones en los horarios, que fueron anunciadas por parte de la organización. Fue el caso, por ejemplo, de la primera actuación del escenario principal, la del dúo irlandés Hudson Taylor, que empezó media hora más tarde de lo previsto, lo que hizo que el concierto posterior, el de Madness, comenzara una hora después de lo programado.

La espera valió la pena. El grupo británico de ska que lidera Graham Suggs McPherson llenóde ritmo e intensidad el escenario Las Palmas, calentando así motores para la actuación de Bastille, la famosa banda de indie pop del sur de Londres con uno de los directos más esperados.

Aunque la estrella de la jornada, sin duda, fue Liam Gallagher —que actuaba tras el cierre de esta edición—, vocalista de la mítica banda Oasis que actuó en solitario, como ya hizo el año pasado, también como cabeza de cartel. El dúo francés de música electrónica con influencias de rock&roll, Justice, fue el encargado de poner el remate final en el mismo escenario. Ya de madrugada, en el Visa, estaba prevista la actuación de Dorian, uno de los mejores grupos nacionales.

LOS MÁS DESTACADOS / Durante cuatro días se han sucedido conciertos memorables como los de Travis Scott, The Killers, Pet Shop Boys y Liam Gallagher y las nada desdeñables intervenciones de Catfish o los escoceses Belle&Sebastian o The Snuts.

En el anecdotario de esta edición, el cantante de Belle&Sebastian recordó en su directo cómo en el FIB 2004 ayudó a una mujer que sufrió un accidente en la pista de kars, a la salida del festival. Acabaron casándose y es la madre de sus hijos. Buena muestra de lo que puede llegar a marcar Benicàssim.