Se les reconoce de lejos. Cabellos rubios, rojos como un tomate y con la colchoneta bajo el brazo. Los fibers han tomado Benicàssim, sus playas y el recinto de conciertos con sus llamativos looks. Pero este año, además, son más.

Los pantalones cortos de talle alto siguen siendo tendencia, con camisetas cortas, coloridas o tops. Eso sí, cómodas con zapatillas o sandalias planas para poder bailar toda la noche. En el FIB no existen los tacones. Tampoco faltan los vestidos, largos y cortos, pero con telas finas y frescas.

Ellos recurren a los polos de manga corta, camisetas de tirantes o camisas con floreados muy llamativos, en consonancia con el destino costero donde están pasando sus vacaciones de sol y playa. Algunos llaman la atención de los presentes llevando calcetines con las sandalias.

Benicàssim vuelve así a impregnarse un año más de la moda indie, convirtiéndose en la Gran Bretaña mediterránea donde los cabellos rubios y las pieles blancas toman protagonismo.

complementos // Así van vestidos los fibers, que mayoritariamente son ingleses. Y llegan, como no podía ser de otra forma, también con sus complementos, como las coronas de flores, turbantes, las plumas y las pulseras fosforescentes. Sin olvidar las gafas de sol con modelos vintage y que les sirven para bailar hasta la madrugada. Muchos llevan la cara pintada, denotando claramente que vienen a marcar tendencia al festival. Con el fuerte calor también son habituales los biquinis y bañadores. Y siempre hay alguno que sorprende, incluso, quedándose semidesnudo dentro del recinto a altas horas de la noche.

Otros asistentes acuden disfrazados y también son habituales las despedidas de soltero para disfrutar entre amigos.