Finito de Córdoba toreará en la Feria de la Magdalena pese a no estar anunciado en un principio. Lo hará sustituyendo al convaleciente Enrique Ponce, operado este miércoles de la grave lesión de rodilla sufrida tras su cogida el pasado lunes en la Feria de Fallas y que le mantendrá apartado de los ruedos alrededor de medio año. De esta manera, el veterano diestro cordobés abrirá cartel el domingo 31 de marzo, última feria, junto a Cayetano y Varea, para estoquear un encierro de Hnos. García Jiménez y Olga Jiménez. Tras barajar varias opciones, la empresa se ha decantado por Finito después de su gran actuación el pasado día de San José en la Feria de Fallas de Valencia, tarde en la que pellizcó el corazón de los aficionados con una Tauromaquia cara y repleta de sentimiento, extraída del baúl del clasicismo y la torería para ponerla en valor en tiempos de tanta vulgaridad y tan ausente de personalidad.

Finito, un torero de culto, permanece en activo aunque son contadas sus apariciones. Su inclusión en Fallas, también por la vía de la sustitución, ha supuesto un revulsivo por la manera en la que cuajó a sus dos toros de Fuente Ymbro. La caricia, la naturalidad, el temple... ese toreo encadenado en verso, de ritmo poético. La delicia de las trincheras, la dulzura de los cambios de mano... La categoría hecha toreo, su toreo, el que ha hecho que a lo largo de sus casi tres décadas como matador de reses bravas siga manteniendo el crédito intacto y toda una comitiva de fieles devotos a su toreo, partidarios del Finitismo como una especie de religión sin reservas.

La prensa, de acuerdo

Su paso por València acaparó titulares y alimentó crónicas preciosas de periodistas inspirados por su embrujo torero. «Finito surgió en Valencia. Dibujó brujerías y fantasías de la más alta escuela», destacó José Luis Benlloch en Las Provincias. El toreo de culto de Finito, tituló en Marca Carlos Ilián, que añadió: «Naturales de seda y redondos profundos, con remates de cartel de toros». Titulares impactantes como el de Patricia Navarro en La Razón: «El Fino, patrimonio de la tauromaquia», y añadía en la crónica: «Cuando torea Fino huele a toreo. ¡Cómo compone! En su imperfección se esconde de pronto el muletazo perfecto y cuando llega mueres... Gloria bendita. Por siempre. Toreó soñando. Su torería, su manera de andar por la plaza, el ser, el estar, la ausencia de mediocridad... Oro puro». Los adjetivos se quedan cortos para describirlo. Hay que verlo. El domingo día 31, en Castellón.