El ganadero Daniel Ramos aprobó el examen de Algemesí. Primero en presentación, que es siempre un indicativo de compromiso con la afición y con la fiesta. El de Borriol envió un conjunto por encima de lo habitual en esta plaza, con novillos que tuvieron cuajo de toro, como el primero, y sobre todo hondura y plaza.

Excelente la presentación para una plaza como la de Algemesí, que dentro de las de su circuito, tiene solera y repercusión.

En cuanto a juego, lo más notorio lo hizo el segundo de la tarde, al que no le traicionaron las hechuras y el tipo. Más fino que sus hermanos y bajo, acabó embistiendo con transmisión. La pena es que cayera en las manos equivocadas. José Fernando Molina no acabó de encontrarse consigo mismo. El colorado de Daniel Ramos embestía entregado y humillado. Pedía ligazón el novillo, que tenía una acometividad que transmitía, pero se escondía el novillero buscando el unipase. Lo mejor de la tarde fue la firmeza y serenidad con la que pisó Diego San Román, preparado para afrentas mayores.