Llucena dió por finalizadas ayer sus fiestas patronales en honor a Sant Miquel y Sant Hermolao con la tradicional novillada que desde hace más de dos décadas tiene lugar en la plaza de España y que reúne a numerosos aficionados de la provincia.

Los cuatro protagonistas de la tarde en modalidad de clase práctica fueron Jesús Montero (de la escuela de Albacete), Antonio Cuadra (Zaragoza), David Martínez (Guadalajara) y Gitanillo Rubio, de la Escuela Taurina de Castellón, que debutó matando un novillo por primera vez.

El primer astado fue para el maño, que estuvo muy seguro en la muleta y después mató de una buena estocada en el segundo intento, pero obtuvo silencio del respetable. En el siguiente novillo, Montero realizó un variado y atrevido repertorio con el capote, a pesar de tocarle un animal débil de manos. Tras la faena, el albaceteño paseó orgulloso su oreja.

El castellonense debutó ilusionado en el coso de Llucena frente a un novillo irregular, nada que ver con su valiente actitud. Demostró buenas maneras, así como detalles por pulir, y brindó la faena a su profesor, Vicente Soler. El último de los astados fue el mejor y a un poderoso Martínez incluso se atrevió a poner dos buenos pares de banderillas que arrancaron los aplausos de una abarrotada plaza de España. Martínez culminó con una buena estocada y desorejó al eral.

Un año más, los novillos de Manolo Beltrán tampoco defraudaron al público y mostraron un buen comportamiento. La presidencia la ocupó el alcalde del municipio, David Monferrer, acompañado por las reinas y damas de la corte de honor. H